Precarización en salud: cambios en el régimen de residencias
/“El Ministerio de Salud decidió cerrar la residencia de pediatría más prestigiosa del país, y lo hizo por la puerta de atrás: transformándolo en una beca precarizada”, denuncia un comunicado de la Asamblea de Residentes del Garrahan. Este miércoles, el Ministerio de Salud de la Nación, a través de la Resolución 2109/2025, estableció modificaciones en el Sistema Nacional de Residencias de la Salud.
La residencia médica es una instancia de formación profesional en servicio, remunerada y supervisada, que sigue a la obtención del título de grado en Medicina. Esta etapa no solo permite continuar la capacitación, sino que también implica una salida laboral inmediata una vez finalizada la carrera. Es, además, fundamental para el funcionamiento de clínicas y hospitales.
Con esta nueva medida, las residencias dejarán de considerarse un empleo para pasar a ser becas. Les profesionales de la salud advierten que esto supone la pérdida de derechos laborales. “Esto no es solo un ataque a los médicos en formación: es un intento de destruir el sistema de residencias como lo conocemos, de precarizar aún más la salud pública”, manifiestan desde la Asamblea.
Con el régimen anterior, el sistema de residencia era financiado por Nación, con los aportes previsionales y bonificaciones que brindaba cada hospital. A partir de la nueva resolución, les profesionales en formación podrán optar entre dos modalidades: la Beca Institución, la cual contempla el pago completo del haber mensual sin descuentos, con cobertura de ART y mala praxis, y la posibilidad de aportes adicionales, a cargo de la institución. Y la Beca Ministerio que implica un contrato directo con el Ministerio de Salud, obra social y cobertura de seguros por ART y mala praxis, que estarán a cargo del hospital. Sin embargo, los adicionales o bonos para residentes no están contemplados.
Este nuevo sistema, además, agrega sábados obligatorios, extendiendo la carga laboral a 48 horas semanales y la exigencia de ocho guardias mensuales de 36 horas.
Estas medidas se dan en un contexto donde el Hospital Garrahan enfrenta una fuerte crisis institucional y sanitaria, con falta de profesionales y salarios por debajo de la línea de pobreza. “Desde el Ministerio nos aseguran que con ‘el sello Garrahan’ es suficiente. Como si el prestigio pudiera pagar alquiler, comida o salud. Como si los cuatro años de formación, guardias interminables y responsabilidades clínicas pudieran pagarse con palmaditas en la espalda”, sostiene la Asamblea de Residentes.