Mujeres que revolucionan el sindicalismo
/El último sábado se realizó el 3° Encuentro de Mujeres Sindicalistas en la localidad de Huerta Grande, Córdoba. Más de 800 mujeres viajaron desde diferentes puntos del país para seguir construyendo un sindicalismo diferente, feminista e inclusivo. “Nosotras diferenciamos la ‘herramienta sindicato’ de la ‘conformación’ de un sindicato. Queremos cambiar la conformación porque entendemos que la herramienta sindicato es fundamental”, dice Marieta Urueña Ruso, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales (SiTraJu) y una de las referentes de Mujeres Sindicalistas – Tucumán.
Esa necesidad de apropiarse del sindicalismo y nutrirlo de feminismo es uno de los principales axiomas de este movimiento que, en Tucumán, nació en 2016. Fue entonces cuando los sindicatos de la provincia, al igual que muchos del país, tuvieron que acomodarse a las nuevas –o renovadas- demandas. Las medidas de ajuste impulsadas por el Gobierno nacional, y con ellas los despidos, se habían vuelto moneda corriente. ¿Qué hacer frente a los telegramas de despido? ¿Responderlos? ¿Presentarse a trabajar al día siguiente? ¿Firmar las planillas? “En marzo y abril de 2016 esta era una consulta permanente, y se hizo evidente la necesidad de que delegados y delegadas sindicales estén más formados”, cuenta Marieta cuando recuerda el puntapié que dio inicio a lo que hoy es una construcción sólida y en crecimiento.
En ese escenario tan adverso para los trabajadores, lo primero que se hizo fue propiciar un espacio de formación sindical al que llamaron “Hilda Guerrero”, en honor a la sindicalista de FOTIA asesinada durante las manifestaciones contra el cierre de los ingenios en la provincia. “En esos encuentros dimos cuenta de que había muchas demandas de las compañeras que estaban en los sindicatos, a veces con cargo, a veces sin cargo, pero que querían accionar y que necesitaban herramientas, necesitaban fuerzas, porque muchas veces no tenían apoyo de sus mismos sindicatos”, recuerda. La propia experiencia de Marieta es uno de los tantos ejemplos de las luchas que las mujeres deben dar en ese ‘mundo de hombres’: “la primera vez que participé se notaba que era un espacio de hombres que se conocían hace un montón, y yo venía por un lado mucho más chica que ellos, y por el otro, mujer. Me había pasado en las primeras reuniones que entre todos se llamaban compañeros y yo era ‘querida’, así que ya había tenido que plantar ciertos límites”.
Las sindicalistas saben que el espacio que ocupan va mucho más allá del cupo femenino en los sindicatos. Algunos de sus objetivos son discutir cómo es y cómo debe ser la participación de mujeres, estar atentas a que las secretarías de Género de los gremios cumplan sus funciones, y bregar por que las mujeres puedan estar en cualquier mesa de conducción y no sólo en espacios que históricamente se les han destinado. “A nivel nacional tenemos un 28% de mujeres que ocupan cargos en las comisiones, y de ese 28 % más del 70% están en las secretarías vinculadas con las tareas de cuidado o las consideradas ‘tareas femeninas’. O sea, queremos estar en todos los cargos, y no tener ese techo y que se reproduzca que en la casa cuidamos a la familia y en el sindicato a los compañeros”.
El feminismo entró a los sindicatos para quedarse. Sin embargo, “los desafíos son más grandes que los logros”, dice Marieta. Sostiene que están trabajando en un protocolo para casos de violencia de género, algo que entienden como fundamental. La idea es que los hechos de acoso y violencia no solamente se puedan denunciar sino que existan los canales para resolver esas situaciones dentro de los mismos gremios. “Cuando recibimos denuncias, que pueden ser hechos que se viven en la casa, en el sindicato o en el ámbito laboral, lo primero que se hace es ponerlas en contacto con las compañeras que litigan temas de violencia, y las seguimos de cerca. Si el caso ocurre en el sindicato o en el espacio laboral, hay que ver que esa mujer mantenga la protección gremial y no haya despidos”.
Más allá de las protecciones hacia adentro de los sindicatos, está la defensa de los derechos laborales hacia afuera. Algunos de los desafíos son lograr que las mujeres dejen de ser tratadas como trabajadoras especiales con las que hay que tener ciertos cuidados y entender qué provoca la brecha salarial y cuáles son los cambios necesarios al respecto.
Pensar y fortalecer ese nuevo sindicalismo feminista reunió a todas estas mujeres en el encuentro en Córdoba. Por Tucumán fueron más de una decena de mujeres con la convicción de que hay que sumar feministas en las bases de los sindicatos, entre las delegadas y dentro de los espacios de conducción; que hay que acompañar y proteger a las trabajadoras, y empoderarse en una fuerte apuesta a futuro.
Volver del encuentro
Dos de las tucumanas que viajaron a Huerta Grande compartieron sus experiencias en estas palabras:
María Coronel
“Es el primer Encuentro Nacional de Mujeres Sindicalistas del que participo y me sentí enseguida cómoda y parte de un espacio plural y participativo, que es lo que ya siento con el de Tucumán”.
“Me quedo con la certeza de que una construcción sindical diferente es posible, sin protagonismos ni etiquetas, sino con la convicción de que cada compañera que llega a espacios de decisión sindical nos representa a todas y nos da pie para conseguir más”.
“En 2019 esperamos hacer crecer este espacio, fortaleciéndonos, formándonos y concientizando a cada compañera de la importancia de la participación en nuestros sindicatos. Estamos convencidas de que las mujeres somos capaces de construir desde las bases un sindicalismo verdaderamente defensor de nuestros derechos”
Valentina García Salemi
“Fue buenísimo. Un encuentro reconfortante, transformador, fuerte. Muy cálido. Fue el espacio con mayor presencia real, horizontal e integral de debate sindical, como hace mucho tiempo que no está sucediendo en nuestro país, y fue un placer y un lujo estar ahí. Me sentí muy integrada en este que fue mi segundo encuentro y se nota cómo va creciendo en expectativa y en metas alcanzadas. Logramos, a partir del año pasado, incorporar toda una parte programática con perspectiva de género en la agenda de lucha sindical de la corriente federal de la CGT”.
“Me quedo con la pluralidad de mujeres. Me quedo con este fenómeno, muy loco y muy fuerte, de la sororidad que atraviesa clases sociales, sindicatos, edades. Esa cuestión esclarecida de la necesidad de encontramos entre mujeres y apoyarnos. Me quedo con la alegría con la que se vive este encuentro, con la seriedad de sus debates, con el respeto y el aguante de varias horas de debate y de escuchar las distintas realidades, y con la capacidad de llegar a conclusiones que no quedan solo en papel, sino que se van llevando en la práctica”.
“El desafío 2019 es seguir sumando y seguir aportando a la unificación. Para ser parte se requiere solo ser mujer trabajadora, y me quedo con algo que creo que nos define: no hay ninguna mujer que no sea trabajadora. Toda mujer es trabajadora, la que trabaja en su casa, en privado, en el Estado, por cuenta propia, en cooperativas. Y el principal desafío es la unidad, avanzar, apoyarnos y defendernos. Ni una menos y siempre por más”.
*Para contactarse con Mujeres Sindicalistas Tucumán se puede escribir a su página de Facebook: Mujeres Sindicalistas de Tucumán