La nostalgia viaja en tren

Intactos y en silencio, los recuerdos de la historia duermen entre grandes paredes impregnadas de un olor a humedad que se pierde en la inmensidad. Imponente en su estructura, el Museo Ferroviario de Tafí Viejo conserva, testimonia y homenajea a la cultura ferroviaria que dio origen a la ciudad. Sentado en una silla, Ramón, miembro la Asociación “Amigos del Museo y los Talleres Ferroviarios”, espera a los visitantes. Muchos días esta llegada se demora por los pocos interesados en conocer y revivir la historia del gigante taficeño. Un tanto melancólico Ramón ingresa al lugar. Allí los recuerdos lo invaden y como en una película su mente da vida al durmiente.

En su cabeza son las 5:20 de la mañana. La sirena ferroviaria, realizada en bronce y de casi dos metros de altura, comienza a sonar convocando a los trabajadores. La boletería que aún se conserva en el lugar de repente se colma de personas. Los pasajeros, agitados por la rutina, envían sus encomiendas y, como reza un cartel, controlan el cambio y los boletos antes de retirarse.

Por otro sector los obreros marcan medallas. Así es, la asistencia de los trabajadores se controla a través de un complejo sistema en el que cada uno de ellos debe llevar una medalla de bronce con un número impreso. Conjuntamente la maqueta réplica del tren de pasajeros con aire acondicionado inaugurado en los años 50 se traslada a las afueras del predio y acompañada por “La Negra”, una locomotora restaurada en los últimos años, emprenden viaje con los primeros pasajeros, quienes disfrutan de un coche y un comedor a todo lujo.

El ruido de las máquinas de escribir empieza a sentirse. Muchas de ellas aún funcionan. En una esquina los empleados administrativos, sentados en grandes tablones y sillas talladas, comienzan su trabajo. Sobre la mesa se encuentra uno de los objetos misteriosos que todavía guarda el museo. Se trata de una pequeña caja fuerte, la cual hasta al día de hoy perdura intacta y cerrada, conservando el misterio y dando rienda suelta a la imaginación de los visitantes.

A lo lejos la chimenea de los talleres empieza a humear. Con sus 105 años todavía está de pie. A pesar de haber sufrido el deterioro por agentes atmosféricos y la mala calidad de los pernos, los casi 50 metros de torre conforman uno de los elementos más característicos de la ciudad. Hoy toda la chimenea está en riesgo y se cae lentamente.

El tren esta de regreso. El retumbar de la bocina hace volver a Ramón a la realidad. Parado en medio de importantes elementos históricos se encuentra nuevamente con el gigante durmiendo. Para él la esperanza de volver a verlo con vida permanece intacta. Para muchos taficeños esperanza empieza a desmoronarse; tal como sucede con lo que queda de los talleres.

 Exequiel Reinoso

ereinoso@colectivolapalta.com.ar

Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo: Sáenz Peña 234 – Tafí Viejo