Una bicicleta, un proyector y un mensaje
/Lucía Palenzuela es de Argentina y Maylis Mercat es de Francia. Ambas, hace apenas unas semanas, pusieron fin a la aventura que emprendieron hace más de 8 meses y que tuvo como objetivo llevar el arte del cine en su viaje a Tucumán. Pero este viaje fue particular para ellas, se realizó de una forma poco habitual: en bicicleta.
Lucía viajó a Francia para vivir junto a Maylis durante un año. Al momento de volver, cuando la visa se estaba venciendo, pensaron que tenían que hacer un regreso útil, que le sirva a la gente y que les permita dejar su marca. Y fue cuando pensaron en unir sus dos profesiones y hacer un viaje distinto. Al unir los conocimientos en cine de Lucía, y los de ingeniería en energía y medio ambiente de Maylis, surgió la idea de llevar en sus bicicletas un cine móvil que funcione con energía renovable, producto del pedaleo.
Para concretar esta hazaña, las jóvenes contaron el apoyo de instituciones francesas que financiaron la compra de los equipos. Aún así, ambas debieron crear el sistema que les permitiera generar energía para concretar las proyecciones en cada uno de los países que visitaron. Fue así que surgió una bicicleta que, mediante el pedaleo, hace girar un motor que genera la energía para hacer funcionar el proyector. Porque la idea fue, desde un comienzo, que las personas se den cuenta de lo que cuesta producir energía. “Siempre había alguien que quería pedalear porque era como un juego. La gente se prende rápido porque muy pocas veces se le plantea la oportunidad de producir energía con su propio cuerpo”, dijo Lucía.
Según estaba planificado, en cada una de las ciudades que visitaran, las aventureras coordinarían con alguna asociación y grabarían su trabajo para proyectarlo en la ciudad siguiente. Pero al momento de la acción la idea cambió un poco. “Nos dimos cuenta que teníamos dificultades con el idioma, así que decidimos que seguiríamos registrando los videos y los proyectábamos cuando podíamos, y así nos adaptamos al publico”, contó Maylis.
Para Lucía, emprender este viaje fue todo un desafío. Si bien ella utilizaba la bicicleta como medio de trasporte, nunca había hecho viajes tan largos. Por eso, la experiencia de su compañera fue fundamental. Maylis ya había realizado viajes de este tipo junto a sus padres y conocía varios tips que permiten un viaje más cómodo. “Lo primero tiene que ver con la bici. Uno no tiene que tener una súper cara para comenzar a viajar, sino cambiar algunas cosas que te hacen viajar mejor. Por ejemplo, cambiar las cubiertas de acuerdo al tipo de suelo. Si viajas en ruta, si pones unas cubiertas más finas aumentas por dos tu velocidad. El segundo tip esencial es poner un portaequipaje para no llevar nada en las espaldas. Y tercero, poner unos cuernitos en el manubrio para mejorar la posición. Con esta pequeña inversión en tu bienestar, ya te cambia el viaje”, explicó.
A la hora de planificar la travesía, las chicas eligieron acampar en lugares públicos o en las casas que les hacían un lugarcito en el jardín. A veces aprovecharon la hospitalidad de los ciclistas mundiales que forman Warm Showers. Se trata de deportistas que ofrecen sus casas para alojar, gratuitamente, a ciclistas. “Quizás nuestro desafío grande fue viajar con todo el peso de los equipos. Por eso, cuando salimos nos propusimos que yo llevaría todo el equipo y Maylís el campamento. Las bicis se hacían pesadas y más entrando a Brasil donde todo era subida y bajada. Pero después te acostumbras, te adaptas”, relató Lucía.
En cada una de las ciudades que visitaron, tanto de Europa, Africa y Latinoamérica, las jóvenes fueron recibidas con mucha alegría y hospitalidad. Fue así como este largo recorrido les permitió conocer distintas culturas y analizar el nivel de consumo hay entre un continente y otro. Una de las realidades que más las impactó fue el cuidado del agua en África y el alto nivel de consumo de electricidad en Brasil.
Para cruzar el océano, Lucia y Maylis utilizaron algo que ellas denominaron “veleros a dedo”. Se trata de un sistema de barcos que recorre el océano haciendo varias paradas y te permite viajar a un bajo costo. Pero, en el caso de ellas, debieron cumplir una tarea que marcó el recuerdo que jamás olvidarán. Las chicas debieron manejar el velero por turnos de 8 horas. “No sabíamos nada. Lo más importante era saber la dirección a la que debe ir el velero y mover el timón. Pero es difícil, más si nunca has manejado y cuando las olas te mueven. Tenés que cuidar que las velas no se cierren o rompan. Y mirar que no se acerque otro barco. Es que hay un sistema que te permite ver los barcos alrededor, pero el nuestro no tenía y tenias que estar alerta”, contó entre risas Lucía.
Más objetivos por cumplir
Después de ocho meses de viaje, las aventureras hoy están en Tucumán. Y su travesía no terminó al unir ambos países en bicicleta y con su cine móvil. Su camino continuará en la provincia porque tienen un nuevo desafío. Según contaron, el objetivo ahora es promover el uso de la bicicleta como medio de transporte. Por eso tuvieron la idea de hacer una movida para invitar a los tucumanos a pintar bicisendas por la ciudad.
Si bien el proyecto ya fue presentado hace unos años en la Legislatura, ante la demora decidieron ponerse manos a la obra. “Veníamos hablando con una asociación francesa que ya hace este tipo de cosas. Ellos suelen juntar a 40 personas y le dicen a la municipalidad donde se trabajará, en tal horario. Y si quieren venir, que vengan. Es tratar de informar para que más gente se sume. Es armar un grupo con chaleco de seguridad y comenzar a pintar”, explicó Maylis.
Otra de las propuestas que tienen pensada es llevar el cine ambulante por los barrios de la provincia y mostrar todo lo que registraron a lo largo de su aventura. “Ahora estamos en la etapa de edición, armando un documental de 50 minutos para pasarlo a las escuelas, bares o lugares públicos. También esta abierto a proyectar cosas de otras cosas”, agregó la joven francesa.
A partir de ahora, la mirada de estas chicas está puesta en mejorar la calidad de vida de los tucumanos y promover el cuidado del medio ambiente. Hoy los nuevos objetivos ya están planteados y, dentro de poco, más de un tucumano volverá a escuchar de ellas.