Soltar todo y largarse

Fotografía cortesía de Música en Casa

“Mi nombre es Dafne; mi apellido, Usorach; y soy de Guatimozín, un pueblito de Córdoba”. Así suele presentarse ante el público, guitarra en mano, sin dejar de aclarar que todos los datos son verídicos: nada de nombres artísticos o lugares inventados. La gente se ríe, afloja los oídos y empiezan las canciones. Esto se repite así en distintas partes del país desde hace poco menos de un año: las canciones viajan.

A los 18 años fue también la música la que dio a Dafne el envión para dejar su pueblo e instalarse en la ciudad de Rosario, donde estudió la carrera de guitarra. Allí comenzó a tocar, primero como solista, y luego con el Dúo Jano junto a Pilmaiquén Mlikota, con quien compartió escenarios nacionales e internacionales hasta el año 2010 en que el dúo se disolvió y ambas emprendieron sus carreras solistas. Las etapas fueron diversas pero la música siempre fue la misma, o casi: se trata de ese género un tanto difuso que es la “trova”, que abarca desde la trova cubana, con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés entre sus mayores exponentes, a la llamada ‘trova rosarina’, con compositores como Fandermole, Abonizio o Goldín y que, a su vez, bebe de aguas tan variadas como la del rock nacional, el folclore argentino y latinoamericano, el tango y la música brasileña.

Fue tocando sus canciones que conoció a Victoria Gallegos, oriunda de Necochea, que en ese momento tenía un restaurante junto a unos socios, La Pulpería de Piche. Desde entonces Vicky y Dafne comenzaron un camino juntas, que terminaría varios años más tarde sobre ruedas por las rutas del país.

Con la música a otra parte

Cantautor es, por definición, aquél que compone e interpreta sus canciones. Idealmente, las versiones o covers suelen evitarse en pos de los temas propios. Sin embargo, esta decisión puede costar el favor de una audiencia ávida de escuchar los temas conocidos de ayer, hoy y siempre. Es por esto que en el manual de supervivencia de cualquier cantautor que se mueva en el circuito cultural finito de cualquier ciudad se recomienda la incorporación de una buena cantidad de canciones ajenas. Quienes se niegan a seguir el manual tropiezan con esa vieja verdad de que no es fácil vivir de la música, mucho menos para quien se empeña en traer canciones nuevas al mundo.

Algo así le pasó a Dafne: “En Rosario no me podía desarrollar como cantautora; sí tal vez viviendo de otras cosas, como dar clases y de hobbie tocar tus temas muy de vez en cuando pero yo necesitaba poder vivir de mis canciones. En un momento como que me hinché, me agarró así como un pico de estrés de no poder hacerlo”. Como ocurre tanto en Rosario como en todas las grandes ciudades del país, los músicos independientes deben rebuscárselas: “Algunos espacios están viciados, las salas de los espacios municipales o provinciales, de que se las dan siempre a los mismos. A veces la tenés que pedir con un año de anticipación y te la dan un martes, o no te la dan y terminás pagando. Las dos veces que presenté disco terminé alquilando un lugar y sonido”.

Por otro lado, y a diferencia de muchas ciudades, Rosario tiene una particularidad, y es que en lo que respecta a la canción de autor, no es cualquier ciudad: los músicos autores e intérpretes abundan, la oferta es mucha y, por lo tanto, la dificultad para hacerse oír es mayor. Dafne cuenta que fue allí donde grabó, mezcló y masterizó sus dos discos Néctar (2011), y Libre en mi raíz, disco doble (2014), en cuya presentación, recuerda, como anécdota ilustrativa que “ese mismo día Fandermole presentaba un disco doble, tocaba Rosana, tocaba Miranda, tocaba Goldín en otro lado. Tenés la competencia de una cartelera que es casi la misma que la de Buenos Aires; no hay manera de competir con eso.”

Todos estos factores la llevaron a replantearse su hacer musical. La primera idea fue salir de ese circuito y hacer sus recitales en el living de su propia casa: así surgió el nombre y la primera versión de Música en Casa. El público habitual de los bares era convocado, a través de invitaciones por las redes sociales o por email, a participar de la velada musical íntima que, por una cuestión de espacio, no superaba las veinticinco personas. Por una módica suma o ‘al sobre’ (a voluntad, con un precio sugerido de piso), los invitados podían disfrutar de un espectáculo y también picar y tomar algo antes del show. A partir de una hora pautada, el timbre de la casa se desconectaba de modo que quien no llegaba hasta esa hora, quedaba afuera. El objetivo era el de generar un ambiente como el de una sala de conciertos o teatro en casa. Luego ocurría también que algunos de los asistentes ofrecían sus casas para repetir el evento con gente que ellos mismos se encargaban de invitar.

En esas andanzas de traslado de cosas a casas ajenas, sin querer, Dafne y Vicky comenzaron a descubrir a dónde querían ir y, sobre todo, cómo querían hacerlo: “Cuando empezamos a salir un poco de la ciudad fue que nos vimos en la necesidad de tener algo para movernos porque andábamos en moto así que se nos complicaba un poco llevar los equipos y todo eso. Ahí fue donde compramos primero la camioneta. No teníamos la idea de irnos totalmente, sino de salir unos meses y volver… Pero cuando la tuvimos, nos inspiramos.” cuenta Dafne. Y Vicky agrega: “En realidad estábamos un poco cansadas de la vida rosarina y el estrés y el vivir como a las corridas todo el tiempo. Fue un conjunto de cosas. Y también la idea de vivir de lo que nos gustaba hacer y de otra manera, cambiar el estilo de vida, hacer un cambio radical que incluya absolutamente todo, menos la pareja”, dice, y se ríen las dos. Hace 3 años que Dafne y Vicky están casadas y hace casi uno que esa unión incluye compartir todo, todos los días: “Seguir eligiéndonos pero desde otro lado, compartir una experiencia de estar todos los días juntas, de laburar juntas. Es una apuesta del todo por el todo”, asegura.

Además de la parte musical, es necesario un trabajo de producción y planificación. Esto corre a cargo de Vicky, quien cuenta que siempre le gustó esto, que hizo cursos en el tema y que se dedicó a las ventas de todo tipo, desde que tenía el restaurante y antes, incluso de puerta en puerta. Para alguien que disfruta tanto de esto, vender un producto que además le gusta tanto y por el que apuesta, es un placer. “Vender algo que a vos te gusta y que a alguien a quien vos amás hace feliz es el combo perfecto para alguien a quien le gusta la venta.”

Música diversa

Desde que salieron hace casi un año hasta hoy los discos de Dafne fueron quedando en el camino y se agotaron: un buen síntoma, según la propia cantautora, quien mientras todo se mueve se encuentra trabajando en las canciones de su próximo disco que proyecta para el próximo mes de abril. A diferencia de los anteriores, este será arreglado y grabado íntegramente por ella como un reflejo de su realidad de cantautora itinerante musicalmente autónoma. Se tratará de un disco en el que pretende experimentar con los distintos ritmos, algo que viene rumiando y poniendo en práctica en vivo que, según cuenta, ha demostrado atraer al público de manera especial.

Fotografía cortesía de Música en Casa

Además de las canciones nacidas y criadas en la ruta, en la camioneta y junto a las chicas viajan distintas propuestas musicales. Todas ellas se acompañan por el soporte audiovisual. Cualquiera que haya tenido la posibilidad de disfrutar de una presentación de Música en Casa recordará las imágenes desfilando detrás de la cantautora, como una marca registrada. Estas van modificándose y creciendo en el camino, y Vicky va incorporándolas de a poco. “Vamos recopilando cosas del viaje o de gente que nos manda dibujos, pinturas”, cuenta. “La idea es difundir lo que vamos encontrando y el material que nos va dando la gente, por eso se llama Música en Casa Ruta Independiente, porque le vamos agregando también la difusión puerta a puerta de otra gente que se dedica a hacer otro tipo de arte también autogestionada como pinturas o fotografías. Todo lo que nosotras podamos aportar para difundir otras propuestas nos encanta, creemos que es enriquecedor para todos.Hacer partícipe al público desde otro lugar también”.

Entre las propuestas de show se encuentra un repertorio que consiste principalmente en temas compuestos por Dafne combinados con algunas versiones de canciones folclóricas. Esto puede ocurrir en el salón de una casa, como originalmente, o en una sala o bar del lugar. También es posible, como les ocurrió, presentarlo en universidades a las que son invitadas a tocar y contar luego cómo se gestiona una gira independiente, cómo se graba un disco independiente, cómo se hacen las canciones y otras preguntas que puedan surgir.

La otra propuesta de espectáculo, que suelen hacer sobre todo en plazas, espacios públicos o escuelas, se enfoca más en las versiones y presenta algunos temas propios, ofreciendo un recorrido por la Argentina a través de los ritmos característicos de cada región. El pasado mes de mayo tuvieron además la posibilidad de trabajar junto a la Subsecretaría de Diversidad de la Municipalidad de Rosario, tocando en charlas referidas a este tema en escuelas y universidades de distintas localidades de la provincia de Santa Fe.

Aunque nunca ocultaron nada, tampoco habían vivido la experiencia de hablar públicamente de su relación. Hacerlo, dicen, les sirvió para afianzarse y ‘empezar a relajarse un poco más’. La experiencia, aseguran, fue de las más interesantes que han vivido: “Nos sirvió mucho como personas y como pareja. Habernos presentado desde ese lado, que nunca nos había pasado, delante de una universidad de, no sé, 500 personas por decirte, y decir ‘sí, bueno, somos una familia diversa’. Nunca lo habíamos hecho, entonces al hacerlo de una forma tan natural se lo recibió de esa misma manera y todos los toques fueron increíbles”, recuerda Vicky, quien recalca la recepción positiva de la gente, la empatía y el respeto que genera el mostrarse como uno es.

Sin ve de vuelta

El viaje, sin fecha de regreso, comenzó el 1 de noviembre de 2015 con un último show en Rosario que sería el primero de la gira. Primero fue el sur de la provincia de Córdoba, luego Tucumán, luego la costa atlántica —en particular Villa Gesell donde hicieron temporada durante el verano— y el centro de la provincia de Buenos Aires. Si bien les gusta dejarse llevar por las ganas de conocer tal o cual lugar, reconocen que es importante organizarse y conseguir con anticipación fechas para los shows, ya que es el trabajo lo que les garantiza seguir en movimiento. Los ‘música en casa’ llegan como de yapa cuando, en algún espectáculo, alguien se acerca para saber más y se entera de la posibilidad de repetir el evento en su propia casa.

Fotografía cortesía de Música en Casa

En el itinerario las paradas se hacen en grandes ciudades, pero también en pequeños pueblos que, muchas veces, representan un verdadero desafío: “La verdad es que nos encanta el espíritu del pueblo, tiene cosas muy lindas, siempre tratamos de ir a pueblos pero es lo más difícil. Conectar con la gente del pueblo, con el under del pueblo, si no te contrata la municipalidad, Cultura, es complicado. Porque ir a una plaza a tocar a la gorra se lo puede hacer en cualquier lado pero en este momento también tenemos que tener en cuenta que es parte de nuestra vida y vivimos de eso.” explica Vicky. Sin embargo, si bien no es fácil convocar gente a este tipo de espectáculo en un pueblos, nunca han tenido que cancelar uno por falta de público, como sí les ha pasado muchas veces en ciudades grandes.

Estas y otras dificultades, lejos de hacerlas retroceder en sus planes, las alientan a nuevas propuestas y formas para el proyecto que se adapten a las nuevas necesidades. También se aprenden cosas nuevas: “Nos ha pasado estar en una ciudad enorme y encontrarnos con un montón de gente cerrada o en un pueblo terminar haciendo el espectáculo para los locos del pueblo, para los raros. Es una de las conclusiones que saqué en este viaje es que hay de todo en todos lados. Hay de todo en todos lados”, reflexiona Dafne. “Por ejemplo en El Soberbio, Misiones, que está pegado con Brasil, paramos en una escuela rural y los chicos, que hablan portuñol, reciben visitas como nosotras todo el tiempo, entonces tienen una cabeza más abierta que capaz que un pibe que vive en el medio de Capital. También en Corrientes fuimos a las escuelas rurales, EFA (Escuela de la Familia Agrícola) que fue algo re-sorpresivo porque era algo nuevo, yo no conocía: los chicos van 15 días a la escuela, viven ahí y después vuelven. Son experiencias que si nos hubiéramos quedado en Rosario ni nos enterábamos. Siempre pensamos eso, todo lo que nos hubiéramos perdido si no nos animábamos a salir”.

Lo cierto es que no fue fácil tomar la decisión de dejar lo conocido y partir hacia lo nuevo. Todos los días son una aventura nueva y hay veces en que no saben bien dónde terminarán durmiendo ese mismísimo día. Las prioridades comienzan a ser otras y se vuelve inevitable el entrenamiento en la rápida resolución de imprevistos porque "siempre, siempre, te pasa algo" cuando se va viajando.

“Todo depende de la mirada de uno: antes no teníamos casa, alquilábamos, y ahora sí, una con ruedas, chiquita, con una cama y una mesita, y el patio es mucho más grande que el de antes. Yo trabajaba muchísimas horas, todo el día todos los días, pero la verdad que tampoco ganaba tanto y vivíamos al día. Tenemos menos deudas ahora que antes”, dice Vicky, y Dafne completa: “Antes teníamos una estabilidad que ni siquiera era real, era una estabilidad imaginaria que uno se la cree. Todo dependía de nosotros antes y todo depende de nosotras también”.

A las dos les gusta pensar en la posibilidad de que su experiencia pueda animar a los indecisos, invitarlos y convencerlos de que se puede vivir haciendo lo que se ama, porque aseguran que han conocido a más de uno que moriría por hacerlo y que sólo necesita un pequeño empujón, y a unos cuantos que hubieran subido a bordo de haber tenido más lugar.

“Muchas veces estamos un lunes a las 2 de la tarde en un lugar hermoso, en una plaza de un pueblo, y antes estábamos enajenadas trabajando. Ahora tenemos una meta: la de disfrutar desde otro lado, todos los días una aventura nueva, llevando la música de Dafne, plantando cosas nuevas. Eso de ir sembrando cosas nuevas para la gente que tiene ganas de recibirlas. Si bien uno lo hace para uno, está bueno pensar que hay gente que está deseosa de recibir y esa búsqueda es linda porque te vas encontrando con amigos de la ruta que parece que los conocemos de toda la vida”, dice Vicky y empieza a sonar la música en el bar. Hay que disfrutarla, hasta la próxima vez que el camino la traiga otra vez por acá.

Más música

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