Pila Garbarino: la mujer que quiso revolucionar la televisión tucumana
/Por Eduardo Albuixech
En 1973, una mujer estuvo a cargo de la dirección del canal que hoy conocemos como Canal 10 y que hoy cumple años. Una mujer que un día se plantó e hizo valer su decisión de levantar de la programación local las repeticiones de Almorzando con Mirtha Legrand. "Cuando todos los argentinos puedan comer como la señora Legrand, volverán los almuerzos", dijo con la firmeza que la caracteriza más allá de su dulzura. Su nombre es Stella Maris Garbarino. Para todos, simplemente Pila.
La gestión de Pila duró poco, y fue desplazada abruptamente de su cargo en una maniobra impulsada por sectores de la burocracia sindical del gremio no docente y las 62 organizaciones peronistas, conducidas por Víctor Álvarez. A posterior, luego de un largo derrotero de persecución política e ideológica por su activismo frente a la dirección de Canal 10, Pila Garbarino debió exiliarse primero en Panamá, luego a México, Cuba y Madrid; hasta su vuelta al país en la década del 90. Desde entonces se encuentra vinculada a las luchas por la Memoria, la Verdad y la Justicia, como banderas irrenunciables.
Un poco de historia en el aniversario de Canal 10
El 9 de julio de 1966, en un contexto de crisis política, económica y social, luego que el general Juan Carlos Onganía tomara el poder por la fuerza, se cerraron once ingenios azucareros en la provincia y el tejido social se fracturó con cientos de personas que se quedaron en la calle sin trabajo.
En ese marco, fue inaugurado Canal 10 LW 83, como Televisora Universitaria (TVU), por muchos años el único canal televisivo de Tucumán. El principal gestor de la TVU fue el ingeniero Eugenio Flavio Virla, en su calidad de rector de la UNT, con el propósito de habilitar emergentes espacios de diálogo entre la Universidad y la sociedad tucumana. Por ello, la televisora fue creada con una sólida orientación educativa y cultural, alejada de patrones mercantiles de la comunicación.
Pila es profesora y licenciada en Psicotecnia y Orientación Profesional egresada de la Facultad de Filosofía y Letras. También es psicóloga social, docente y militante y, en 1973, empezó su gestión como directora del canal. Un rol que marcó una particular manera de concebir la comunicación y el vínculo que debía tener el hasta entonces Canal Universitario con la sociedad y los actores sociales.
"Me enfrentaba a la difícil tarea con grandes expectativas de renovación y con un montón de ideas sobre la función de los medios públicos de difusión y su rol social. Llevar la cultura a los sectores marginados, fue una de mis obsesiones", dice Pila en su libro Experiencias de enseñanzas y exilio.
En el periodo que duró su gestión en el Canal Universitario, Garbarino realizó una evaluación del estado del canal, organizó la programación, amplió el horario de transmisión y posibilitó la cobertura de grandes acontecimientos políticos. Además, transversalizó una impronta de trabajo colectivo y alejado de la banalidad televisiva que incluyó a sectores sociales a la programación del canal como: Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (Fotia), la Asociación Argentina de Actores Tucumán, Nuestro Teatro, Peña El Cardón, entre otros. Todo enfocado en legitimar en la pantalla las voces y realidades de la ciudadanía.
Entre el equipo que acompañó a Pila en esta etapa del canal se destacan: los cineastas Gerardo Vallejo y Gustavo Morís, Miguel Ángel Estrella, Gerardo Ramos Gucemas, los periodistas Marta Rondoletto, Isauro Martínez, Cristina Mercado, Vicente Guzzi y Jorge Billone, entre otros.
Hoy, a sus 85 años, continúa trayendo al presente cada vez que algún docente o grupo de estudiantes curiosos le consulta sobre su paso por la historia de Canal 10, su mirada, aporte, y por sobre todo su hacer que le costó el exilio y trozos de su vida.
"A tantos años de aquella experiencia, creo que cualquier cambio que pretende encarar modificaciones en nuestro sistema de comunicación audiovisual debería incluir el conocimiento evaluativo de esta corta pero intensa experiencia. Son mojones señeros de un camino que debe ser tenido en cuenta", cuenta la histórica militante de derechos humanos.