Santiago Maldonado, de 28 años, artesano, desapareció el 1 de agosto cuando acompañaba a un grupo de mapuches que protestaban cortando una ruta patagónica en reclamo por sus tierras. La Gendarmería Nacional actuó desalojando el corte y haciendo uso de la fuerza. Algunos huyeron cruzando el río Chubut, gélido y poco profundo. Desde entonces, nada se supo de Santiago. El Estado demoró la investigación y, faltando apenas unos días para las últimas elecciones legislativas del 22 de octubre, el cuerpo apareció en el mismo río que habían rastrillado tres veces.

Esta es la primera marcha que se hace desde que encontraron el cuerpo. Se sabe que es Santiago, que no tiene signos de violencia aparente, que murió ahogado, pero son tantas las irregularidades en el caso que todo hace pensar que están ocultando la verdad.

Este 1 de noviembre al menos unas mil personas marcharon en Salta pidiendo justicia. Agrupaciones políticas de izquierda, organizaciones sociales y autoconvocados acompañados por sus niños. Muchos hicieron grafitis y pintaron esténciles en las paredes con frases alegóricas: FUERA BULLRICH - EL ESTADO ES RESPONSABLE. La Policía presente miraba sin intervenir, aunque se denunció, por informes que se filtraron y llegaron a manos de la prensa local, que hubo oficiales vestidos de civil sacando fotos y filmando videos.

Podrán vigilar y controlar sus pasos, pero la gente ya no soporta más mentiras y con cada marcha se siente el descontento. Santiago se ha convertido en una causa; su imagen trasciende fronteras. Es la voz de un pueblo dormido pero que lentamente está despertando.