Marcha por los dos años sin Melina Diaz

“De mirada tierna, de risa escandalosa, de alma bondadosa, de carácter fuerte. La niña que tenía muchos sueños por cumplir, la mujer que quiso llegar a ser un día... Pero no pudo”.  Así es como, las amigas de Melina Díaz la recuerdan, en un emotivo video, a dos años de su femicidio. 

En una marcha realizada el primero de enero, Dora, mamá de Melina, comenta el estado del caso: “a dos años de su asesinato, sigo esperando respuestas del Poder Judicial”. 

Melina Diaz, de 17 años, fue a una fiesta a celebrar año nuevo y no volvió más. “En su testimonio, Mancilla dijo que Melina tuvo sexo con el y murió desangrada” relata  con angustia la madre de la víctima. Se refiere a Enzo Mancilla, ex miembro de la fuerza policial, estudiante de enfermería y principal sospechoso. Ese día, luego de una llamada telefónica, Dora y la hermana de Melina fueron a ver lo que había sucedido: encontraron el cuerpo de Melina en la parte trasera del auto de Mancilla. “Fue tanto el dolor… Lo único que vi fue sangre entre sus piernas” dice Dora. 

Con una mirada cargada de dolor, pero lejos de la resignación, la madre comenta que el principal sospechoso sigue libre. El hermano de Mancilla, policía que trabaja en homicidios, continúa prestando servicios y, según Dora, es uno de los responsables del nulo avance de la causa. 

El primer fiscal a cargo del  caso, Ignacio López Bustos caratuló al caso como homicidio. “Luego de seis meses quiso cerrar el caso argumentando que lo ocurrido había sido un accidente” afirma Dora. El actual fiscal, Carlos Sale, no da respuesta. 

Luego del femicidio, Dora tuvo que escuchar comentarios cargados de prejuicios y falsas acusaciones. . “La madre de Mancilla dijo que mi hija lo acosaba, cuando la realidad es que Melina no lo conocía. Mi hija no era así”, afirma con ahínco. Mientras las pericias de parte confirman que Melina murió asfixiada, Dora continúa esperando alguna respuesta por parte del Poder Judicial.

En una convocatoria que recuerda a Melina, Dora, como tantas otras madres que gritan por justicia, levanta bandera, firme. El rostro de su hija empapelando paredes es el reflejo de la violencia machista que, apañada por la falta de políticas públicas, está lejos de desaparecer.

Fotos de Mariela de Haro