La paradoja de los medios de comunicación
/Cuando se habla de los trabajadores de prensa se entra en un territorio que se caracteriza por la ambivalencia. Por un lado se asocia el periodismo a la consabida idea de “cuarto poder”, atribuyéndole con esto la capacidad, incluso, de condicionar los tres poderes que componen el sistema de gobierno republicano. Por otro lado, y de alguna manera ligado a lo anterior, el periodismo parece confundirse con los personajes públicos y queda parado casi en el mismo espacio imaginario que famosos y poderosos. Sin embargo, en una especie de “otra cara de la moneda”, el trabajador de prensa es, generalmente, un “laburante” más. Un empleado sujeto a las decisiones y directivas de una patronal que define líneas editoriales y teje relaciones de conveniencias con uno u otro sector del poder, la comunidad o lo que fuere. Desde ese lugar el “halo” que recubre al periodista se pierde casi por completo. Y esto es así porque como obrero de los medios de comunicación se encuentra por lo común en relación de dependencia. Y, como sucede en muchas otras empresas, las condiciones de precarización laboral están al orden del día.
En Tucumán el caso de los trabajadores del diario de “El Tribuno” es ya histórico. A mediados del mes de julio decidieron realizar un paro en reclamo de los meses adeudados por parte de la patronal, y no se está de hablando de un par de meses sino de una deuda que data desde principio de año. El paro se levantó ante el compromiso del director del diario, Daniel Machado, de que la deuda sería saldada. Pero en estos primeros días de agosto, el malestar recobró fuerza cuando Machado manifestó que no había el suficiente dinero para cancelar aunque sea un mes de salario.
Según informan los delegados, las promesas de cumplimiento se esfuman con el tiempo, de forma tal que ni con la intervención de la Asociación de Prensa de Tucumán (APT) se logra que se cumpla con lo pactado. El problema verdaderamente grave son las consecuencias que provocan estos 7 meses de retraso en el pago de los haberes, la situación de precarización y de indefensión no condice con lo que aparentemente implica trabajar en los medios.
Es verdaderamente paradójico que el lugar donde todos los demás trabajadores acuden a realizar sus reclamos con la convicción de que así serán escuchados, no pueda ser usado por quienes allí ejercen su profesión. El mismo que anuncia y denuncia las problemáticas de los otros no puede hablar de las propias porque corre riesgo su lugar de trabajo y pierde absolutamente la esperanza de que alguna vez se les pague lo adeudado.
Esa es la realidad que viven quienes trabajan en los medios tucumanos, porque el caso de “El Tribuno” es solo un ejemplo, pero la historia se repite en las emisoras de radio, en los canales de televisión y en todos los diarios. Así se encuentran por estos días muchos trabajadores de prensa, lejos del poder, lejos de la fama, a merced de los empresarios y con el temor de perder el espacio donde se ejerce la profesión que, a pesar de todo, se sigue eligiendo.
Gabriela Cuz
gcruz@colectivolapalta.com.ar