Suspendidos y enredados

La tinta con la que se escriben las noticias deportivas llegó esta semana a las páginas policiales y desbordó hacia el suplemento de economía. Son tiempos raros, en los que el resumen de los goles de la fecha queda de lado ante la violencia y el desorden que imperan en el fútbol nacional. Lejos, casi olvidados, quedan los disturbios en las canchas de Colón, Tigre y Nueva Chicago, y el incendio de la sede de Independiente en Capital Federal. Nuevos actores cobraron protagonismo en medio de la semana, trayendo más incertidumbre a un escenario que ya venía maltratado desde la tercera fecha.

En Boca Juniors, por una vez no fue "la 12" la dueña de los titulares. En el partido por Copa Sudamericana frente a Independiente, algunos plateístas xeneixes respondieron al empate conseguido sobre la hora por el club de Avellaneda - y a la provocación por parte del cuerpo técnico visitante - arrancando y arrojando un cartel hacia el banco de suplentes rojo. El castigo fue sorpresivamente veloz, con la Bombonera clausurada por una fecha por el torneo local y los socios responsables suspendidos y hasta posiblemente expulsados.

Por otro lado, desde el gobierno nacional se decidió investigar los pases de los jugadores que llegan al fútbol local de forma no muy clara. Las triangulaciones, secreto a voces desde hace años, son el nuevo foco de interés. Con los casos de Botinelli, de River Plate, y Piatti, de San Lorenzo como bandera, la AFIP quiere - súbitamente - saber. Suspendidos estos jugadores, y preservados otros bajo sospecha, la cuarta fecha del Torneo Inicial comienza hoy con la mirada puesta más en los representantes - hay 146 inhabilitados hasta que culmine la investigación - que en los promedios, los goles y el amor a la camiseta.

Se sabe que en el fútbol toda tragedia es efímera. Ni las futbolístas ni las reales. Ya pocos reclaman la vuelta de Riquelme, o lloran por la salida tumultuosa de Cavenaghi y Domínguez. Los nombres de los muertos, los de verdad, ya no se gritan. Solo se espera al próximo ataque. Al hincha, al club, a los dirigentes. Desde el hincha, el club, o los dirigentes. Todo bajo la mirada de la AFA y el gobierno nacional, porque las alianzas se tejen tanto arriba como abajo, enredando y apropiándose de un deporte que día a día pierde la magia para cederle terreno a las luchas de poder.

Cecilia Morán

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