La fiesta del teatro que contagia compromiso
/El teatro es un medio de expresión y denuncia. Un arte que permite atravesar al mismo tiempo que se es atravesado. Por eso el teatro puede entenderse como una herramienta de crítica social. Un modo de hacer pensar, debatir y construir en conjunto.
Nucleados por la profesora Carolina Romero, un conjunto de jóvenes actores conformó el grupo teatral "La Romería". Este reconoce al teatro como un arte que tiene la capacidad de llegar al público, exponiendo una realidad para cuestionarla. "Es como una cuestión social que nos atraviesa de ese modo y nos hace preguntarnos muchas cosas a la vez", comenta Lucía Dzienczarski, integrante de La Romería, dejado en claro que siempre se puede generar una espacio de crítica desde el arte teatral.
Organizado por "La Romería", del 13 al 17 de agosto se llevará a cabo la "Fiesta de Teatro por los Derechos Humanos". El objetivo del evento es acercar a los adolescentes obras que abordan problemáticas de género, sexualidad y violencia. De esta manera se busca que los jóvenes profundicen sus conocimiento sobre la importancia de los Derechos Humanos. "Es un evento que está destinado a chicos del secundario principalmente, y algunos más chicos. "La idea es que se interioricen en lo que es Derechos Humanos y conozcan las producciones de acá", comenta Gabriel Argiró, integrante del grupo teatral que organiza el evento. "Un poco también es tener una idea general del tipo de compromiso, a nivel artístico, que tiene la sociedad tucumana con los derechos humanos", agrega Carolina Romero.
Trece obras teatrales forman parte del programa y sus argumentos abordan diversas problemáticas sociales. Tal es el caso de la obra "El tiempo de las mandarinas", que aborda la trata de personas, o "Instantes en el vacío" que se enfoca en la explotación laboral. "Por ahí cuando se habla de 'Derechos Humanos' se queda atado a todo lo que significó la dictadura. Después de charlarlo y debatirlo nos dimos cuenta que los Derechos Humanos son muchas cosas a la vez, como el trabajo digno o el derecho a conocer nuestra historia", explica Lucía en relación a los criterios que tuvieron en cuenta a la hora de seleccionar las obras teatrales que integran el evento. Así, aparecen argumentos que rescatan la importancia de cuidar a la Madre Tierra u obras que tratan la problemática de género.
Tres jornadas de talleres de dramaturgia se incluyen dentro de la fiesta. Los mismos están destinados a las escuelas y serán abordados dentro de los ejes de la memoria e identidad. "Teatro y ciencia en la memoria" es el nombre del taller donde se va a formar a los chicos en relación a la ciencia y el ADN, realizado en conjunto con el CIIDEPT (Centro de Innovación e Investigación para el Desarrollo Educativo, Productivo y Tecnológico) y el Ministerio de Educación. Los jóvenes trabajarán sobre la memoria de los hechos acontecidos en Argentina. Para ello se cuenta con una genetista y una dramaturga, las cuales brindarán herramientas que permitirán construir una producción teatral. "Estas producciones que salgan de los alumnos van a ser leídas en diferentes radios, como ser Radio Universidad, Radio Nacional y Radio Metropolitana", comenta Carolina.
El antecedente de esta fiesta fue el "Ciclo de Teatro leído por los Derechos Humanos", las cuáles se transmitieron a través del programa radial de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). "El equipo de teatro viene trabajando con temas vinculados a los derechos humanos, Yo formo parte y milito en la APDH y un poco es la inquietud constante mía dentro de lo que también es mi especialidad", explica Carolina. La Fiesta de Teatro por los Derechos Humanos cuenta con el apoyo de organismos que brindarán charlas debate luego de las obras, de acuerdo a la problemática que se aborde en el argumento. Entre ellos se encuentran la agrupación H.I.J.O.S, FADETUC, ANDHES, CLADEM e INADI. Además está prevista la lectura de poemas realizados por María Medina, víctima de femicidio asesinada en 2012 por su pareja.
"Para mí el teatro es una herramienta de construcción social, produce contagio. Uno va a ver una obra y te vas pensando en lo que viste", expresa Gabriel, rescatando la posibilidad del teatro como una invitación a pensar. "Me siento muy contenta de poder ser parte de un grupo que está abriendo estos espacios nuevamente", agrega Lucía en cuanto a la posibilidad de realizar una jornada con los chicos del secundario que abra el espacio al debate con referentes de lucha, "creo que es riquísimo para un estudiante empezar a problematizar su presente y su pasado para actuar en relación a su sociedad y comprometerse".
Sin duda, la fiesta combina el arte, la educación y el compromiso social. Una fiesta para que los adolescentes se dejen atravesar por el teatro y se contagien del compromiso por reivindicar los derechos humanos.