Para seguir dando de comer, piden ayuda

Revolver una olla grande con guiso de lentejas, ponerle condimentos, calcular la cantidad de personas, agregar más verduras, probar si está rico, esperar a los que vendrán. Stella Maris Toledo lleva 10 años a cargo del Comedor Belén, que brinda asistencia alimentaria a 29 personas, entre niños y ancianos, que pertenecen al barrio Colonia 4, en San Pablo. “A veces son más, a veces menos. Con (la crisis por) el coronavirus ahora aumentaron las personas, pero solo podemos abrir el comedor tres veces por semana porque no damos abasto. Antes abríamos cinco”.

Los efectos de la pandemia se hicieron sentir en todo el mundo, y en los barrios populares, donde el trabajo informal y la ausencia de derechos básicos para sobrevivir son moneda corriente, fue aún peor. El comedor solía recibir una mayor cantidad de donaciones y de voluntarios / as. Eso ahora mermó, pero la necesidad de un plato de comida se multiplicó.

Con todos los protocolos sanitarios para operar, este lugar necesita el aporte de carnes, verduras, condimentos, leche, queso y todo tipo de mercadería para continuar preparando guisos, canelones, milanesas, pizzas, empanadas, tartas y pasteles para las familias que más lo necesitan. Las donaciones pueden entregarse en la Fundación Aceptarte, en Godoy Cruz n ° 860, o directamente en el comedor.

Fotografías de Alejandro Sarmiento