Lectura de domingo: "Rumor y otros textos"

Adriana Lucero 
(San Miguel de Tucumán, 1983)

 

Nació el mismo año del retorno de la Democracia al país. Es Licenciada en Letras, Profesora de Música y de italiano, Magíster en Tecnologías de la Comunicación, investigadora y escritora.

Entre sus publicaciones se destacan: “El Guardián” (2011), a través del Plan Nacional de Lectura; “Un preludio” (2011), en la antología de relatos Acaso la Vida, de la Editorial Dunken, los libros de cuentos Extraña Presencia (2013), Entre Sombras y sueños (2015), Vuelta al deseo en cuarenta mundos (2017), antología narrativa autogestionada De esto no se habla (2019) y trabajos de investigación publicados en espacios académicos. 

Actualmente, se desempeña como docente de italiano en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, y en el ISMUNT. Además, forma parte del equipo de la Dirección Artística de Letras del Ente Cultural de Tucumán.

Ilustración de La Palta

Rumor

Mi silencio es ruidoso
está poblado por
el sonido de las sombras
cuando caminan o se arrastran
para llegar a mi cuerpo.
Mi silencio es una explosión
de palabras no dichas
y quejidos contenidos.
Un silencio hecho de pájaros
y animales salvajes.
He cruzado la orilla para gritar
bien desde adentro
en lo más despojado,
ahí, donde puede hacer eco
mi desgarro.
Nadie me ha escuchado;
Sigo guardando este silencio tumultuoso
oculto entre voces que poco dicen
por si acaso
alguna vez
necesite de su presencia
(Ausencia)
para acallar los demonios
que habitan
gimen
aúllan
entre los intersticios
aún calientes
de mi última palabra.

Sendero

He juntado un poco de tierra
en mi interior más profundo
para hacerme un camino hacia la muerte.
He formado una pila fresca
con raíces, piedras y sangre seca.
He señado el sendero
con los derroteros de mi memoria
para indicarle a la muerte
de dónde vengo
y a dónde quiero ir. 
Puse carteles para marcar los desvíos
Puse migajas de pan
para alertar a los distraídos.
Me he rodeado en mi centro
Estuve en mi propia periferia
He salido y entrado
una y mil veces
para que ella
me espere sin prisa
lejos de la foresta oscura
sabiendo que no me perderé
hasta llegar a sus brazos
cuando en mi otoño
caiga
          finalmente
                          la última hoja.

Añoranzas

-Tengo nostalgia de cosas que no he vivido- susurró María, pausadamente (no había prisa ahora).

- Y yo extraño lugares a donde nunca estuve...y ya nunca estaré- le confesó Elena, con una voz arrastrada por el viento.

María, Elena, Paula, Victoria, Teresa y muchas otras (lista infinita) extrañarán sumidas en sombras, cosas, lugares, momentos que no pudieron ni podrán jamás vivir. Porque la nostalgia es lo único que queda (que les/nos queda), cuando la vida es aplastada por el silencio de la muerte…


Breve análisis por Eduardo Albuixech:

Adriana Lucero, cuando escribe, va directo a lo que quiere comunicar. Sin embargo, en esa acción individual, refleja a través de su escritura múltiples dimensiones y sentimientos, que nos atraviesan a todos sin distinción. 

Descubrir su literatura es un valioso hallazgo, para todos aquellos que nos preguntamos siempre por los dilemas existenciales de la vida, sus días y la muerte. Es una respuesta amorosa y sentida a aquello que nos duele, preocupa y moviliza.  

En cada línea, que no necesita de muchos vocablos pomposos, hay una vivencia honda de esta docente, que escribe con franqueza y sin tapar las luces, silencios y sombras que ocupan la mente humana. 

Los elementos de la naturaleza y fauna se cuelan en su escritura para dotar de vida y misterio sus letras. Pero, también, para darle la fuerza necesaria para cautivarnos en un laberinto de curiosidad. 

Con satisfacción, he descubierto las letras de Adriana Lucero y como cada domingo los invito a leerlas. Estoy convencido de que, al finalizar, habrán aliviado muchos dolores, respondido algunas preguntas o habrán encontrado nuevos sentidos a los desafíos cotidianos del vivir a través de un bello juego de palabras.