Legalmente solidarios

Fotografía: Narices Rojas.

Más de una vez escucharon las célebres palabras “soñar no cuesta” y se preguntaron qué tan cierto podría llegar a ser. Ironía, descreimiento, sarcasmo o realidad, la respuesta varía de acuerdo al contexto. Los Narices Rojas escucharon varias veces esas palabras y se dieron cuenta de que en realidad no es así. Desde el 2013 persiguen un sueño que cuesta. Cuesta plata. Por aquellos años, Diego Corvalán y un grupo de amigos juntaron ropa, alimentos y juguetes para celebrar el Día del Niño en la cancha de San Martín, pero el destino hizo que las donaciones terminasen en Villa Padre Monti, en el interior de Tucumán. Lo que empezó como una actividad puntual se convirtió en un proyecto del que participan más de 100 tucumanos, que buscan ayudar a las personas de escasos recursos que viven en el campo.  

Eduardo Galeano dice en El libro de los abrazos que “los sueños anuncian otra realidad posible”. En las expectativas de los Narices Rojas su sueño anuncia constituirse como una fundación para tener el respaldo legal que les permita llegar a más personas y concretar nuevos proyectos. “Al no ser fundación no nos abren las puertas en varios lugares. Uno de los proyectos pendientes que tenemos es avalar dos comedores de la provincia, donde asisten más de 60 chicos que no son ayudados por el Estado ni la Iglesia católica. Esto sería lo más urgente, al igual que la creación de un comedor que lleve nuestro nombre”, explica Diego Corbalán, integrante de la agrupación.

El sueño de ser una fundación tiene un precio y, a pesar de que hace 4 años que buscan cumplirlo, el dinero no es suficiente. La agrupación solo trabaja con la donación de alimentos, ropa y juguetes que llegan de amigos y comercios. “No estamos haciendo otras actividades porque no recibimos dinero. Gracias al apoyo del Centro Cultural Alfred Harrys pudimos trabajar juntos para concretar nuestro sueño”, sostiene Diego.

El que quiera venir, que venga

Imagen: Centro Cultural Alfred Harrys

El Centro Cultural Alfred Harrys se formó hace un año por artistas argentinos que se encontraron en Tucumán con un proyecto en común: generar un espacio para compartir su arte, que va desde la música y el teatro hasta la fotografía y el tattoo. En su búsqueda por sostener ese espacio es que nació la conocida fiesta Puta Parió, que en su sexta edición será a beneficio de los Narices Rojas. “La fiesta se hace cada un mes y esta vez nos vimos con el deber y las ganas de poder ayudar con la gente que realmente lo necesita. Nos comunicamos con los chicos de Narices Rojas, quienes tienen una necesidad urgente y es constituirse como fundación”, explica José ‘Pájaro’, miembro del centro cultural y voz de la banda Son del Montón. Junto a sus compañeros forman parte de la cartelera de la fiesta, al igual que Los Avelinos y la música de DJ Barba Dub.

La personería jurídica es el colchón que los Narices Rojas necesitan para soñar más grande. Porque dentro de los proyectos a futuro se piensan, por ejemplo, generando espacios de capacitación en las zonas rurales. “Nos encontramos con mucha gente analfabeta y hoy tratamos de armar una pequeña aula y poder atender esta necesidad, que está sobre todo en la gente mayor. Teniendo una personería jurídica podríamos tener el apoyo del Ministerio de Educación”, dice Diego. Que esos sueños se hagan realidad y no cuesten nada, está en manos quienes se sumen a la fiesta del sábado. 

La fiesta

La Puta Parió será el próximo sábado, 10 de junio, en el Centro Cultural Leticia, San Martín 1075. Parte del dinero recaudado será entregado a la agrupación para pagar el trámite de la personería jurídica. Quienes quieran asistir pueden comprar las entradas anticipadas en el Centro Cultural Leticia o en el Centro Cultural Alfred Harrys, Piedras al 956.