Sara Hebe: “nunca hice nada convencional”

Música, compositora, cantante. Sara Hebe es una artista que, además, hizo teatro y danza. Todo ese recorrido confluye y se multiplica en sus letras y su discografía. A 14 años del lanzamiento de su primer disco La hija del loco (2009) vuelve a Tucumán a presentar Beivip. “Me ceba y me entusiasma mucho ir con una formación nueva”, dice Sara y recuerda que la vez que estuvo en esta provincia eran tres personas en escena: Ramiro Jota (su productor y amigo) y Edu Morote en batería. “Ramiro Jota sigue produciendo pero no está en escena. Continúa Edu Morote y se sumaron en la guitarra Lulú Hojman, y en el bajo Lali Beiss. Vamos con nuestro sonidista -que también es un groso- entonces suena tremendo. Realmente la calidad del sonido y el power está hermoso”.

Cuando Sara se entusiasma habla de un solo tirón. Así, por ejemplo, de un solo tirón nombra al equipo que la acompaña y sobre el final suelta: “siempre me gustó cómo suena mi banda y ahora, que tiene cosas nuevas, más. Venimos tocando hace mucho así que suena espectacular”. Pero con otras preguntas en esta entrevista que le dio a La Palta, se toma su tiempo en buscar las palabras más adecuadas. Piensa, se detiene, vuelve a pensar y retoma alguna idea. “No tengo las respuestas, sigo pensando y las sigo buscando” dice en un par de oportunidades cuando reflexiona sobre el contexto actual de la Argentina y la responsabilidad que le pudiera caber a les artistas.

¿Cómo te sentís con este regreso a la provincia?

Espero que la gente se ponga a pleno y creo que va a estar genial. Vamos a hacer canciones de este disco que tiene una estética diferente, pero también vamos a hacer otras canciones.

¿Cuáles crees que son las características o componentes que tiene el Beivip a diferencia de trabajos anteriores?

Beivip, a diferencia de los demás trabajos, es un EP. Todos los otros fueron discos más extensos. Tiene un sonido moderno e industrial, tiene reguetón pero es metálico. No es un reguetón convencional, nunca hice nada convencional. Es un EP en el que me permití hablar cada vez con más libertad, de mí para mí, sin juzgarme. No es que antes haya estado juzgándome, solo que, por ahí, escribía con una premisa del deber ser o pensando lo que había que decir. Ahora sigo diciendo lo que quiero decir, pero entendiendo -porque tengo más años de escuchar, de escucharme, de leer, de leerme y de vivir- que no me quiero repetir con cosas que ya dije. Entonces se arma un espacio nuevo en el que me permito hablar de lo que quiero, de lo que pasa y trato de dar mi testimonio de lo que veo que pasa injustamente. La esencia es la misma, las estéticas son diferentes.

¿Cómo fue el proceso creativo para vos estos últimos años, tanto para Sucia Estrella (álbum lanzado en 2022) como para Beivip?

El proceso creativo fue juntarme con cada productor de La Finesse (dúo de productores musicales independientes), desde Sucia Estrella. Escribir en el celu, después sentarme con los bits y completar el esqueleto de letra que tenía. Finalmente ir al estudio con el productor y terminar los temas.

Sos una artista con mucha trayectoria en la producción independiente del género urbano, género que a su vez ha tenido una gran cantidad de transformaciones y expresiones en los últimos años. ¿Cuál es tu lectura de ese crecimiento y sus formas de producción musical que se desarrollan en la actualidad?

Creo que el crecimiento del género urbano tiene que ver con el crecimiento y explosión extrema del capitalismo. Me parece que hay unas producciones muy brillantes y espectaculares, admiro muchas y muchos artistas nuevos, jóvenes. Me encantan temazos del Duki, por ejemplo. Me encanta Neo Pistea, me parece que Corazón vacío de María Becerra es un temazo. Creo, a su vez, que hay una superproducción imparable que tiene que ver con el mercado y que responde a las reglas del mercado que cada vez fue creciendo y perfeccionándose y entonces, toda la estética termina siendo una estética capitalista.

¿Cómo ves el lugar de las disidencias y las mujeres en los escenarios?

El lugar de las disidencias y las mujeres creció porque nosotras diseñamos nuestros espacios y porque nosotras irrumpimos con nuestras voces gracias a la lucha de tantas otras mujeres, disidencias, compañeras y compañeres trans y travestis. Gracias a esas luchas ocupamos otros espacios que antes eran regalados y dados a chabones. Además de diseñar y crear nuestros espacios ocupamos también otros espacios y escenarios. No solamente hablo de lo musical sino también de lo político y de todos los trabajos donde ahora hay más mujeres no solo laburando sino ‘jefeando’.

También me parece que falta mucho y que al final sigue siendo un poco monopólico todo porque así lo decide la industria. Por eso me parece que las disidencias y las mujeres que vemos más en la escena son las que más responden a una ética y a una estética marcada por lo que el mercado quiere y necesita vender. Entonces siempre falta un poco y por eso siempre hay un circuito under y una escena disruptiva y alternativa que tiene mucho valor porque son espacios de lucha y resistencia que tenemos que ocupar y seguir defendiendo.

Atravesamos a nivel social un gran avance de la derecha que promete retroceder muchos derechos conquistados por las luchas populares y que puede afectar las producciones artísticas y culturales ¿Cuáles consideras que son las estrategias que pueden tener los artistas para dar una respuesta?

No tengo clara esas respuestas. Creo que una estrategia podrían ser los encuentros y los afectos que podemos construir y sostener entre gente que nos queremos y entre otra gente que no conocemos. Entonces, empezar a conocernos y a través del afecto, construir valores y valentías. Creo que va a suceder, ojalá, que empecemos a reunirnos fuera del celu a charlar, a agruparnos, a vernos las caras y ahí empezar a construir esas afectividades nuevas que al final son las que nos sostienen. Porque ante la tristeza que nos provoca y la depresión y la opresión del fascismo, están nuestros afectos y lo que más valoramos porque nos vemos atrapadas y amenazadas. Creo que sería una buena estrategia defender y fomentar los encuentros, defender los espacios colectivos y ser más antifascistas que nunca pero en serio, no para los canales de streaming. Ser más solidarios, más solidarias, pueden ser. No sé si son estrategias.

 
 

Sara se queda pensando en la complejidad de este escenario. Insiste en cuidar, reivindicar y multiplicar la amorosidad y las amistades. Se resiste a la idea de que sean las y los artistas quienes deban dar alguna respuesta. “Creo que somos comunicadores y comunicadoras y que sí tenemos una gran responsabilidad y tenemos una oportunidad de expresarnos y de compartir lo que sentimos y lo que creemos y es muy importante no ser tibios y tibias y decir lo que esté a nuestro alcance. Pero también creo que los medios de comunicación tienen una responsabilidad y también el Estado y quienes nos han gobernado” dice sin concluir demasiado. Y no da por concluido nada porque continúa escarbando en la complejidad de un mundo que, hace varios años, viene virando -nuevamente- a la derecha.

Antes de despedirse y de volver a entusiasmarse con la invitación para este sábado 26 de agosto a las 21, en el Teatro de la Paz, habla de la autocrítica imprescindible ante este contexto. “Tenemos que ver qué estuvimos haciendo y qué pasó que se llegó a esto y saber que son cuestiones que tienen que ver con un montón de causas y que mucho tiene que ver que la sociedad está cada vez más individualista, materialista asquerosa, entonces por esto se dan estos fenómenos de avances de personalismos fascistas de derecha y tan individualistas”.