En una vuelta irónica de la realidad, Javier Chocobar fue asesinado un 12 de octubre en un enfrentamiento en el que se pretendía desalojar a una comunidad originaria de las tierras que les pertenecen. Esto sucedió en 2009 en la Comunidad Indígena de Chuschagasta, en la zona de Trancas. Por el crimen están imputados Darío Amín, Humberto 'El Niño' Gómez y José Valdivieso (los dos últimos ex integrantes de las hordas del Malevo Ferreyra). A siete años, quienes asesinaron a Chocobar e hirieron gravemente a Delfín Cata, Emilio Mamaní y Andrés Mamaní están en libertad. El caso, que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de la provincia –que se expidió en contra de las maniobras dilatorias de la defensa–, aún no tiene fecha de inicio de juicio oral.

Es por eso que en el día de ayer bajaron representantes de las comunidades de Chuschagasta, Tolombón, El Siambón y de la Unión de la Nación Diaguita para marchar desde plaza Urquiza, pasando por la Fiscalía, hacia plaza Independencia donde los cerca de 400 manifestantes realizaron un pequeño acto. "Hoy venimos a exigir a la Justicia que ponga en movimiento el expediente y ponga una fecha para el inicio del juicio. Aún creemos en la justicia, hay pruebas contundentes contra los asesinos", declaró Audolio Chocobar, hijo del comunero asesinado.

A 524 años del inicio del genocidio indio a manos de la corona española, este caso demuestra que para el Estado el resarcimiento a las comunidades originarias no es una prioridad.