Más años de cárcel, ¿para qué?

Fotografía cortesía de Bruno Cerimele

Fotografía cortesía de Bruno Cerimele

Una mujer por día. Esa es la estadística que, tras un ceño fruncido, arrojaba en la mesa del bar céntrico Adriana Guerrero, coordinadora nacional de CLADEM (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer). Una mujer por día muere en el país víctima de violencia de género. Una cifra que causa escozor y, tras ello, un eco que lejos de ser la solución termina por desalentar. La ley de femicidio fue aprobada el pasado año por unanimidad (222 votos) sin que mediare debate alguno. Esta norma agrava la pena del homicidio de una mujer o persona trans cuando esté motivado por su condición de género. La pena indicada es la perpetua, fijada entre 8 y 25 años de prisión.

La pregunta que ronda es ¿de qué sirven más años de cárcel cuando cada sentencia implica que ya hay una víctima más? Adriana, con un movimiento de hombros que evidencia su desaliento, comenta “nos entusiasmamos demasiado con cosas que finalmente no terminan generando beneficios reales y desatendemos la tarea, las cosas que terminarían siendo un principio de solución, que no es justamente la cárcel”.

Y no. La cárcel no es la solución. Es ese mismo sistema que recluye, en su mayoría, a los que son pobres, a los analfabetos o semianalfabetos, a los marginados; y que lejos de rehabilitar termina por marginar aún más, por crear seres deteriorados.

En este caso la solución, según palabras de Guerrero, sería una mejor educación con perspectiva de género desde la niñez, mayor presupuesto para llevar adelante proyectos que protejan y contengan a las mujeres víctimas de violencia, asistencia permanente del Estado. Pero presupuesto no hay. Actitud política para estructurar una verdadera solución, tampoco.

En un artículo anterior publicado en La Palta (1) Hilda Beatriz Disatnik, presidenta de la Casa de las Mujeres de Norma Nassif, comentaba que antes de llegar al femicidio siempre hay miles de pasos previos, pero la respuesta del Estado llega tarde. Basta pensar en las denuncias que realizan las mujeres que sufren la violencia doméstica. Ellas no lo hacen en el Observatorio de la mujer o en la Oficina de Violencia Doméstica, sino en la comisaría, y ¿qué formación con perspectiva de género tiene la Policía? Ninguna. Esta es la manera en que las denuncias se acumulan sin que las autoridades hagan nada. Y así se pueden encontrar cientos de fisuras que son obstáculos en la búsqueda de una solución al problema de la violencia hacia las mujeres.

Adriana Guerrero opina que se ve un avance a nivel nacional y a nivel mundial en cuanto a la visibilización de la problemática de violencia de género. La tarea que realizan las organizaciones no gubernamentales van desde cursos y campañas hasta estudios completos que sirven a los jueces a la hora de juzgar los diferentes casos, pero “las organizaciones sociales no pueden y no deben reemplazar las tareas del Estado, no tienen los recursos ni materiales ni simbólicos”, reflexiona.

Es hora de que la Justicia comience a llegar a tiempo. ¿Por qué esperar a que haya una víctima más para actuar? ¿Por qué aumentar la pena cuando, evidentemente, esa no es una solución real? Solo baches que se rellenan cuando en realidad hay que hacer una nueva ruta.

Marianella Triunfetti

mtriunfetti@colectivolapalta.com.ar

Si sos víctima de violencia te podes comunicar con:

  • INADI: 0800-999-2345
  • Observatorio de la Mujer: 4522443
  • Oficina de Violencia Doméstica: 4248000
  • Defensa Civil: 103

(1) Nota: La importancia de declarar la emergencia en violencia sexual y doméstica