Las muertes de las mujeres son problema del Estado
/Las estadísticas son alarmantes. Una mujer muere cada 30 horas, ése es el número que se maneja. Y en eso queda, un número. Para la Justicia las mujeres que sufren violencia de género no son un problema a resolver en lo inmediato. Así lo demuestra, por ejemplo, el fallo que la semana pasada condenó a Ailén y Marina Jara.
Estas dos hermanas que intentaron defenderse de su agresor, Juan Leguizamón, fueron condenadas a dos años de prisión (tiempo que ya había transcurrido cuando se dictó sentencia, por lo que las hermanas quedaron en libertad). Leguizamón las denunció después de que las hermanas se defendieron cuando intentó violar a Ailén. Respecto al penoso fallo Yanina Muñoz, integrante de MuMaLa (Mujeres de la Matria Latinoamericana) comentó: “es triste el fallo porque no las absuelve, las condena. Para la justicia son culpables de la agresión que cometieron contra su atacante”.
“La Justicia no les cree a las mujeres. A las hermanas Jara no les creyeron y a la mamá de María tampoco, porque la palabra de la mujer no tiene valor”, decía a su vez Vicky Disatnik, de la Casa de las Mujeres de Norma Nassif. Y aquí otro caso donde la justicia hizo oídos sordos a los reclamos y denuncias de una madre. Ruth Tomatis es la mamá de María Medina, una joven que fue asesinada el 11 de abril de 2012, en una casa de la calle Corrientes que compartía con Armando Martín, quien era su pareja y es el único acusado por el crimen.
Disatnik contó que la mamá de María fue a pedir ayuda a varias instituciones del Estado y le dijeron “bueno, ya va a pedir ayuda cuando pueda, déjela, es grande”, cuando la ley de violencia de género marca claramente que cualquier persona puede denunciar y esa denuncia se toma con fuerza de ley. “Estamos hablando de la pérdida de posibilidad de defensa que tiene una mujer. Me parece que estamos peores, porque no logramos que el gobierno tenga en cuenta esta problemática”.
A un año del asesinato de María, familiares y organizaciones sociales se congregaron en la peatonal Muñecas para recordarla, pedir justicia y reclamar para que se declare la emergencia en violencia sexual y doméstica en la provincia, para que se destinen esfuerzos políticos y económicos que vengan a resolver la problemática de la violencia contra las mujeres. Ruth Tomatis hizo énfasis en la necesidad de aunar esfuerzos. “Entre todos: los que están en las oficinas de violencia doméstica, la policía y las madres podemos ayudar, porque una sola persona no puede hacer nada”, concluyó.
Una mujer cada 30 horas. La declaración de la emergencia en violencia sexual y doméstica es más necesaria que nunca. Cada vez hay más casos de mujeres golpeadas o asesinadas a manos de hombres. Las muertes de las mujeres son problema del Estado, no es un asunto privado que deba resolverse entre cuatro paredes.
Marianella Triunfetti
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