“Orgullosa de no cambiarle el nombre a mi pareja”

Fotografía gentileza de luciana collado

Fotografía gentileza de luciana collado

“Cuando se refieren a mí, algunos prefieren decir ‘la que es lesbiana’”, dice la periodista Luciana Collado. En la Semana del Orgullo, celebra que puede gritar todos sus rótulos a los cuatro vientos y elegir qué puertas cruzar.


Soy hija, hermana, nieta, sobrina, amiga y compañera. Soy periodista, soy mujer y esposa de otra hermosa mujer, así que también soy lesbiana. Cuando se refieren a mí, algunos prefieren nombrar el rol que ocupo en mi vida y agregar “la que es lesbiana”. Es más fácil identificarme, parece; para otros simplemente solo soy “la lesbiana”, como segundo apellido.

Tengo que admitir que mi mirada hacia mí misma también fue así por mucho tiempo. Cuando intentaba contarlo con seguridad, no me salía de forma natural por miedo a las reacciones. Es que nos acostumbramos a ponernos donde el otro nos ubica y a esperar algo del que nos está escuchando.

Si hay algo que siempre se dice es que está muy bien sentirse orgulloso de la sexualidad de uno, pero hay que elegir dónde hablar de eso, que no hace falta gritarlo a los cuatro vientos y que quizás haya varias puertas que se pueden cerrar por contarlo. Así que nos pasamos hablando con los compañeros de trabajo y cambiándole el nombre a la pareja por uno del sexo opuesto o, si estamos solos, simplemente elegimos no hablar de esa parte que nos dijeron que es preferible callar y guardar.

Y aunque ahora desgloso cada rol que ocupo en mi vida, no soy más que el resultado de esa suma. Si no fuera algo de eso que nombro, no sería yo. Así que estoy orgullosa de tener más de una etiqueta, de poder hablar de todas ellas y de ser una totalidad. 

Y admito que si tengo que elegir alguna, ser lesbiana es de los rótulos que más me gusta colgarme. Sobre todo cuando puedo y quiero gritarlo a los cuatro vientos, porque las únicas puertas que tienen que estar abiertas son las que yo decido cruzar.