Hormonización de Personas Transgénero: salud y confort

La hormonización es un proceso médico esencial para muchas personas transgénero, ayudándolas a alinear su corporalidad con su identidad de género. Según la médica Fabiana Reina, "cuando una persona visibiliza que tiene identidad transgénero, y que eventualmente sus propias hormonas le generan cambios corporales con los que tiene disconfort, la hormonización incorpora hormonas en relación con su género autopercibido, proporcionando cambios corporales que generan confort".

Esta intervención médica implica la administración de hormonas y puede variar significativamente entre individuos. Por ejemplo, en el caso de los hombres trans, se administra testosterona para promover características masculinas, como el crecimiento del vello, el cambio de voz, y la redistribución de la grasa corporal. Estas hormonas pueden ser aplicadas en gel, de forma intramuscular, mensual o trimestral. En contraste, las mujeres trans requieren bloqueadores de testosterona y la administración de estrógeno, los cuales pueden ser administrados en gel o en comprimidos. La médica destaca que "es un proceso que lleva su tiempo y necesita controles”.

Reina, médica tocoginecológica especializada en endocrinología ginecológica, se dedica hace casi una década a acompañar personas trans en su proceso de hormonización. La misma destaca que no todas las personas trans desean hormonizarse para cambios corporales intensos o completos. "Hay personas que tienen una identidad autopercibida no binaria y quieren solo algunos rasgos de feminización o masculinización. La clave está en adaptar el tratamiento a lo que la persona solicita o desea", enfatiza.

En cuanto al acceso a la hormonización en nuestra provincia, la especialista menciona que el sistema público garantiza tratamientos hormonales gratuitos a través del Ministerio de Salud de Tucumán. Este proceso se gestiona en el área de Diversidad y Género del Sistema Provincial de Salud, que depende de los programas integrados de salud de la provincia. En el sistema privado, las obras sociales deben cubrir estos tratamientos según la Ley de Identidad de Género N.º 26.743, también sin costo para los pacientes.

Fiorenzo Rubino, un paciente trans que ha estado en proceso de hormonización durante siete años, comparte su experiencia: "Cuando comencé mi transición no tenía muy en claro lo que era la hormonización. Empecé a través de redes sociales, siguiendo a un chico trans de Estados Unidos, y me interesó aprender sobre el tema". Fiorenzo describe cómo el acceso a la hormonización ha mejorado con el tiempo, señalando que "hoy en día es mucho más fácil que cuando yo empecé porque si bien la ley ya estaba implementada, la gente no estaba capacitada. Había información, pero no estaba disponible de una forma positiva" .

Rubino empezó con hormonización inyectable, recibiendo una dosis cada 15 días durante cuatro años, antes de cambiar a una hormona administrada cada tres a cuatro meses. Describe los cambios físicos y emocionales que ha experimentado, desde la desaparición de su menstruación a los tres meses hasta el crecimiento de vello facial y el cambio en su voz. "Antes no podía ni mirarme al espejo debido a los rasgos femeninos. Después de comenzar la hormonización, los cambios empezaron a notarse: el periodo se cortó, el vello facial comenzó a crecer, la voz se hizo más gruesa. Me siento mucho más feliz desde que empecé el proceso". Relata Fiorenzo y destaca la importancia de la paciencia, ya que los cambios no son inmediatos.

Mientras que el acceso a estos tratamientos ha mejorado significativamente, aún existen desafíos. La hormonización es, por tanto, un proceso clave y escencial para muchas personas transgénero, facilitando su confort y bienestar.