“Espero que la justicia ahora sí esté a la altura de las circunstancias, que dé un mensaje ejemplar, que los poderosos entiendan que abusar de una mujer tiene consecuencias”, escribía en una carta publicada en este medio Carolina Monteros días antes de conocerse la sentencia en el juicio contra Franco Trapani y Álvaro Rodríguez. Esa justicia llegó ayer.

Eran cerca de las 17. En la sala de audiencias del fuero penal imperaba el silencio. Afuera, el canto de mujeres exigiendo justicia por Carolina se colaba por las ventanas. En el banquillo de acusados Trapani y Rodríguez esperaban la sentencia. Luego de horas de deliberación, el juez Antonio Nicolás Gutiérrez resolvió condenar a Trapani a diez años de prisión, y Rodríguez a ocho años, por encontrarlos responsables del delito de abuso sexual agravado en perjuicio de Carolina.

Horas antes, la fiscalía había solicitado las mismas penas durante sus alegatos. Por su parte, la querella había pedido 20 años de prisión para ambos, mientras que la parte defensora pidió la absolución de sus defendidos.

En el veredicto, el juez no hizo lugar al pedido de prisión preventiva, por lo que los condenados esperarán en libertad hasta que quede firme la sentencia. También, se impuso el pago de un resarcimiento económico para Carolina.

“La justicia me escuchó, me creyó. Hoy empieza el camino de sanación. Esto es por mí y por todas”, dijo Carolina tras nueve años de lucha para llegar al juicio oral y público. Con la frente en alto, salió de Tribunales, miró hacia el cielo y se fundió en un abrazo con las mujeres que la acompañaron durante este tiempo.

El 30 de octubre se conocerán los fundamentos de la sentencia.