Un hobbie, llamadas de voz y ser solidarios: modos de soportar el encierro

Es tiempo de cuarentena: para detener el avance del virus  y evitar que nuestro sistema público de salud colapse es necesario que la gran mayoría de la ciudadanía se aísle. Salvo algunos grupos exceptuados, el resto debe quedarse quieto y en casa. Hay quienes dicen que nuestro mayor aporte es, paradójicamente, no hacer nada. En verdad, es solo una forma de decir: la mayoría de nosotros ha debido modificar el modo presencial y habitual de trabajo, y optado por el trabajo a distancia o teletrabajo. Por otro lado, además de las tareas regulares, en este contexto de crisis mundial, mucha gente ha encontrado formas de colaborar desde lo que sabe y puede hacer. Así que: nada de no hacer nada.

En Tucumán, el Colegio de Psicólogos tiene una iniciativa que busca ayudar a la gente a soportar el encierro: se trata de una línea de servicio de asesoramiento psicológico para personas en situación de cuarentena. Este tipo de dispositivos (utilizado a menudo en otras situaciones límite como inundaciones, catástrofes naturales diversas, accidentes que involucran a muchas personas, etcétera) pretende trabajar sobre aquellos problemas de salud mental generados por situaciones disruptivas como esta, que modifican la rutina y la actividad cotidiana de las personas.

La licenciada en Psicología y vicepresidenta del Colegio de Psicólogos, Fabiana Lávaque (MP 743), explica que la idea surgió en el momento previo a la cuarentena obligatoria para aquellas personas que, por haber estado expuestas al virus o por ser población de riesgo,  quedaban sin posibilidades de acceder a sesiones presenciales con un psicólogo. “Pensamos que iban a aparecer modalidades de sufrimiento que tenían que ver con el encierro, una condición atípica que para algunas personas es muy difícil de soportar, especialmente si está vinculado al peligro de contraer una enfermedad”. Cuando la cuarentena se hizo general y obligatoria, el servicio se volvió extensivo para toda la población de manera sencilla y accesible.

La cantidad de psicólogos que se ofrecen voluntariamente a brindar asesoramiento haciendo guardias pasivas desde sus casas fue creciendo y, al día de hoy, el servicio  cuenta con 130 profesionales, algo que, destaca Lávaque, la llena de alegría: “Me siento muy conmovida por la cantidad de psicólogos que han decidido atravesar la cuarentena tratando de ayudar a los demás”. En los cuatro primeros días de aislamiento obligatorio se han podido atender y resolver aproximadamente 200 situaciones. Aquellas consultas que exceden las posibilidades del servicio son derivadas a las guardias de los servicios de salud mental, que siguen trabajando. 

¿Qué le ocurre a la gente en situaciones como esta? ¿Cuáles son los problemas relacionados con la salud mental que puede provocar un encierro prolongado?

“La situación de cuarentena genera estados de angustia, estados depresivos, insomnio, irritabilidad, aburrimiento (el aburrimiento muy intenso es una forma de angustia), desorganización, ideas obsesivas de pensamiento catastrófico, temor a contagiarse, temor por familiares de una condición vulnerable a los que no se puede asistir porque están muy lejos”, explica Lávaque. Se trata, aclara, de temores excesivos, padecidos de forma muy intensa, a diferencia de los temores que podemos experimentar normalmente. Hay, además, muchas personas que no soportan el encierro y que sufren una suerte de impulsión por salir a la calle, inquietando a sus familiares que temen a las detenciones; o personas preocupadas porque un integrante de la familia no quiere acatar la medida de cuarentena.  

Contra esto, ¿qué podemos hacer? En primer lugar, remarca Lávaque, es importante entender que cada caso es diferente y saber que los asesores no realizan psicoterapia en línea, sino principalmente un trabajo de asesoramiento. Sin embargo, existen algunas recomendaciones generales que podemos tener cuenta para intentar sobrellevar el encierro de la mejor manera posible.

-        Mantener una rutina desde lo más elemental: “Es probable que muchas personas, sobre todo las de clase media, estén relativamente tranquilas, sobre todo desde el punto de vista económico y material. Es muy probable que estén en su casa en pijama. Entonces, una recomendación muy general es mantener una rutina diaria en cuanto a las horas de descanso y de trabajo, la alternancia entre horas dedicadas a trabajar y horas para el ocio”.

-        Mantenerse en contacto con las redes afectivas: que el distanciamiento geográfico no implique el distanciarse completamente. “En este sentido, recomendamos mantener contacto telefónico, no solo por chat. Puede parecer un detalle pequeño pero es importante hablar con las personas que están en otra casa, en otra provincia”. 

-        Hacer actividades que nos gusten: “A veces la gente está muy abatida y se priva del bienestar que le puede producir su pequeño hobbie. Es importante no abandonar nuestras fuentes de placer cotidianas, habituales”.

-        Abrir las redes relacionales: no comunicarnos solamente con las personas con las que estamos haciendo la cuarentena, sino mantener nuestros contactos habituales con amigos, compañeros, etc.

 -        Sumarse a redes solidarias: “Hay que tener presente que una parte de la población está en su casa en condiciones relativamente cómodas, con posibilidad de desplegar sus actividades habituales: tiene un respaldo económico, la heladera llena o la posibilidad de comprarse lo que necesite. Pero hay una parte de la población que no, que son cuentapropistas, que están muy afligidos porque no cuentan con el dinero del trabajo día a día, que están en condiciones de hacinamiento o en la calle”. Es importante que quienes estamos en situaciones más cómodas ayudemos a los demás, nos sumemos a actividades solidarias, muchas veces virtuales. “Abrirse al otro y buscar amparo en el otro es siempre una solución para las cuestiones colectivas”, concluye.

Para comunicarse con el servicio de escucha y contención telefónica del Colegio de Psicólogos, hay que enviar un sms o whatsapp al número 381-6941036, consignando nombre, apellido y número de teléfono. Un psicólogo se contactará a la brevedad.