Los Oesterheld y una historia con huella en Tucumán

En los últimos días, El Eternauta volvió a ser noticia debido a su reciente adaptación a una serie de Netflix, dirigida por Bruno Stagnaro. La historieta, escrita por Héctor Germán Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López, cuenta la historia de un Buenos Aires invadido por extraterrestres, donde el protagonista es un hombre llamado Juan Salvo. A lo largo del tiempo, la obra tuvo numerosas reediciones y adaptaciones. En 1976, su autor publicó una secuela. Un año después fue secuestrado y desaparecido durante la última dictadura cívico-militar en el país. 

Fue un 27 de abril de 1977 cuando Oesterheld fue secuestrado en La Plata y permaneció en cautiverio en el centro clandestino de detención El Vesubio. Sin embargo, el horror para él y su compañera de vida, Elsa Sánchez, había empezado un año antes, cuando sus cuatro hijas -Estela, Diana, Beatriz y Marina- comenzaron a ser secuestradas. Con ellas compartía también su militancia en Montoneros. 

El secuestro en Tucumán

La historia de la familia Oesterheld tiene un capítulo en Tucumán. A fines de julio de 1976, su hija Diana fue secuestrada en el barrio Ciudadela. En 1975 se había mudado a la provincia junto a su compañero, Raul Araldi y su hijo de un año, Fernando. Para entonces, ambos militaban en la Juventud Peronista y alquilaban una casa en la calle Frías Silva al 200. 

Al momento del secuestro, Diana, además, estaba embarazada de más de seis meses al igual que su hermana Marina. Según testigos, permaneció en cautiverio en el centro clandestino que funcionó en la Jefatura de Policía de la provincia. Su hijo fue llevado y abandonado en la Sala Cuna por miembros de la Jefatura, donde estuvo hasta agosto de ese mismo año, cuando sus abuelos paternos lograron retirarlo. Raul fue asesinado en 1977 y enterrado como N.N en el Cementerio del Norte.

La casa Oesterheld-Araldi fue posteriormente ocupada por Roberto Heriberto “El Tuerto” Albornoz, responsable de la desaparición de Diana, y por María Elena Guerra, agente de la Policía de Tucumán. Este caso fue juzgado en la provincia entre 2012 y 2013, durante la megacausa Jefatura II Arsenales

Diana continúa desaparecida y figura con las siglas “DF” en la lista presentada por el testigo Juan Carlos Clemente. Estas siglas significan “Disposición Final” e indicaban que su ejecución había sido decidida. 

Elsa Sánchez de Oesterheld y sus nietos, Fernando y Martín, fueron los únicos sobrevivientes de la familia. La dictadura le arrebató a sus hijas, su compañero de vida, sus yernos y sus nietos por nacer. A principios de los 80, Elsa se unió a Abuelas de Plaza de Mayo, donde logró transformar su dolor en lucha. En 2015 partió de este mundo sin encontrar respuestas. 

Ante el horror, la familia Oesterheld, así como el personaje Juan Salvo, eligió la salida colectiva. Hoy, sus historias resisten en la Memoria y en las viñetas