Tucumán llena de orgullo

Fotografía de Valentina Becker

Fotografía de Valentina Becker

La gente fue llegando en grupos a la esquina de 25 de mayo y Santa Fe, y la previa se vivió como un reencuentro de conocidos entre abrazos, mientras algunos se colgaban banderas, se pintaban de colores la cara o hacían una ronda para ver bailar danzas africanas a las chicas de Ubuntu. Cientos de personas marcharon cantando por el respeto y la no discriminación. El ritmo de la marcha estuvo marcado por la música sonando en los parlantes y la animación de La Torta Couch, exigiendo desde el humor, la necesidad de ser vistos y aceptados al grito de “¡¡Tucumán, despertate!!”. El evento culminó cuando ya había caído la noche, entre baile, bengalas de colores, lectura de algunos poemas y malabares.

Mariana Paterlini, asistente a la marcha, destacó la unidad y la alegría de la noche: “Ha sido una marcha muy linda, muy colorida. La verdad que bastante convocatoria para lo que yo esperaba. Muy festiva por sobre todo, con consignas que han tendido a unificar y no a dividir: la gente ha marchado toda junta”. Aunque no fue la más multitudinaria a la que asistió, (“esas fueron cuando era la época del debate de matrimonio igualitario e identidad de género”), superó en número a la del año pasado, además de ser “más distendida, más relajada, con gente muy heterogénea”. Por su parte, Ruth Isa, desde el Colectivo LGBTIQP en Lucha, organizadores de evento, contó: “Estamos muy conformes. La campaña de fotos que hicimos parece que tuvo éxito en las redes, atrajo mucho la atención de la gente y eso se vio reflejado ahora en la gran convocatoria que tuvo la marcha, comparado con el año pasado que éramos 200. Ahora creo que llegamos a los 500, quizá un poco más”.

La marcha fue el cierre de una semana de actividades, como charlas debate, proyecciones e intervenciones artísticas, orientadas a la reflexión y la discusión de las distintas problemáticas relacionadas con la identidad sexual y de género. Si bien contaron con menos convocatoria que la marcha, el balance general fue muy positivo, aseguró Ruth: “Las actividades fueron buenas, los debates muy interesantes con mucho contenido político, que es lo que nos interesa porque, si bien esta la marcha del orgullo es una fiesta, una celebración de las identidades diversas, también venimos acá con reclamos políticos, a exigir los derechos que nos merecemos y que nos hacen falta". Efectivamente, además de orgullo de mostrarse tal y como se es, otras consignas invitaban a marchar, como la exigencia por la inclusión de las personas trans (inserción laboral y reglamentación de la Ley de Identidad de Género en todos los hospitales públicos), el reclamo de una educación laica en las escuelas, de la anulación de la Ley de Contravenciones, y el no a la lesbofobia.

Los buenos resultados se alzan como una promesa para el año próximo, cuando otro noviembre convoque a los tucumanos a marchar orgullosos, exigiendo el derecho de vivir su sexualidad libremente. “Esperamos que el año que viene se sume más gente, no sólo de la comunidad LGBT. Eso es algo que repetimos muchas veces: no hace falta ser gay para apoyar la causa”, dice Ruth mientras la gente y los colores siguen llenando la calle.