Milei y la burrada de dolarizar (explicada con manzanitas)

“Todo el arco político tiene claro y ya ha dicho que lo que Milei propone es una burrada”, dice la doctora Luciana Garat, economista feminista y docente de la Universidad Nacional de Tucumán.  Pero ¿por qué es una ‘burrada’? Las respuestas pueden no ser tan sencillas pero sí son necesarias. Se escucha hablar de una salida para la inflación, se despierta la ilusión de cobrar en dólares, pero poco se entiende de qué se trata porque, hay que admitirlo, existe una profunda ignorancia en materia financiera. 

Que la mayoría de las últimas crisis económicas en Argentina están relacionadas a la escasez de dólares está claro. Las razones por las que existe tal escasez, no. “Proponer dolarizar en un contexto de escasez es la mayor burrada”, afirma la docente de la Cátedra de Política Agraria de la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria de la  Universidad Nacional de Tucumán (UNT). “Si no alcanzan los dólares para importar los insumos para producir, menos aún van a alcanzar para pagar los sueldos, para hacer asistencia social ni para las obras públicas”, remata y empieza a explicar esta complejidad de la manera más fácil posible. Como si lo hiciera con manzanitas:

¿Qué es dolarizar?

Que nuestra moneda, con la que hacemos todas nuestras transacciones, ahora va a ser el dólar. Lo primero que la gente piensa- y la razón por la que genera algún entusiasmo- es que ahora va a cobrar en dólares. Y ahí hay que salir a aclarar que no es que va a cobrar su sueldo al cambio vigente, que es poco más de 200 pesos en el caso del cambio oficial. Ni siquiera a los 400 pesos del dólar blue. Va a ser de 3000 pesos en el mejor de los casos.

¿Por qué ocurriría eso?

Básicamente por la base monetaria que tenemos en pesos. Es importante decir que en Argentina tenemos escasez de dólares y el precio que tenemos hoy del dólar es un precio regulado. El precio ‘real’ sería la división de la cantidad de pesos que hay circulando que hay por la cantidad de dólares que hay en el país. Hay una estimación que dice que en Argentina hay aproximadamente 3000 pesos por cada dólar. Eso quiere decir que el precio real es ese y por lo tanto si alguien gana 100 mil pesos, va a terminar cobrando poco más de 30 dólares. Ahora, imaginemos que de pronto todos necesitamos cambiar nuestros pesos por dólares, este va a subir más todavía. Por eso se habla de un dólar a 5000 pesos. 

¿A qué se debe la escasez de dólares en Argentina?

Argentina es un país industrializado que necesita dólares para comprar insumos para la producción industrial. Somos uno de los 15 países del mundo que produce autos, por ejemplo. También los necesita para la producción agropecuaria se importan tecnología, agroquímicos, fertilizantes, para producir soja que se exporta. 

Tengamos en cuenta que la mayoría de los dólares que conseguimos se van en pagarle al FMI (Fondo Monetario Internacional). Además estamos atravesando una sequía histórica que ha hecho que el sector agropecuario -que es el que nos genera el ingreso de dólares- tenga menor producción y por lo tanto menor exportación, y por lo tanto menor ingreso de dólares y no tenemos acceso a más créditos con dólares.

¿Es una opción posible para frenar la inflación?

En Argentina hemos tenido una experiencia cercana a la dolarización que fue la convertibilidad. Con muchos muertos, no nos olvidemos.
— Luciana Garat

Si lo pensamos en términos de inflación solamente, es posible que dolarizar logre disminuirla, pero ¿a qué costo? Nos va a convertir en un país con salario dólar bajísimo y precios altísimos. Porque vamos a tener nuestros precios y nuestros ingresos dolarizados a un tipo de cambio muy alto. Lo que va a acentuar la pobreza, la desigualdad y le va a quitar al gobierno una herramienta fundamental para la distribución de la riqueza que es la política monetaria. 

En Argentina hemos tenido una experiencia cercana a la dolarización que fue la convertibilidad. ¿Paró la inflación? Sí, no inmediatamente, pero tuvo otras consecuencias: pobreza extrema, índices de desempleo mucho más altos que ahora. Con la dolarización sería mucho peor porque es muy difícil salir. Logramos salir de la convertibilidad. Con muertos, no nos olvidemos. 

¿Qué significa perder soberanía en estos términos?

Es quitarle al Estado una herramienta de política económica importantísima que es la de decidir sobre su política monetaria. Un buen ejemplo de eso, de la capacidad de imprimir la moneda que es una de las herramientas de la política monetaria. Por ejemplo, durante la pandemia se necesitaba plata y se necesitaba dinero para las vacunas, para los hospitales, para los respiradores, para los hospitales modulares, para aumentar la cantidad de camas. Lo que hizo el gobierno argentino fue imprimir más dinero para hacer frente a las necesidades en esta situación gravísima. Eso, si hubiésemos estado dolarizados, no lo hubiéramos podido hacer, que es lo que ocurrió en Ecuador (cuya moneda es el dólar). En ese país se levantaban los cadáveres de la calle porque no tuvo manera de imprimir sus propios pesos para la mejora de la atención sanitaria.

Los que proponen la dolarización dicen, entre otras cosas, que tenemos inflación porque se imprime sin control, ¿esto es así?

Está demostrado que existen otros factores que inciden en la inflación. Primero es importante explicar que un país debe imprimir dinero en función de la producción que tiene y a veces hay un exceso de emisión. Una de las funciones del Banco Central es calcular cuál es la necesidad de pesos que existen en la economía de acuerdo a la cantidad de bienes y a las transacciones que se realizan. La teoría monetarista te dice que si vos imprimís de más, es inflacionario porque la gente va a tener más pesos que los bienes que hay circulando. Entonces, si la gente tiene más dinero demanda más y como la cantidad de bienes no es suficiente para responder a esa demanda, el precio sube. Ahora, ¿qué ocurre en nuestro país? La cantidad de pesos que se imprimieron, es decir el crecimiento de la base monetaria, no viene siendo por arriba de la producción y sin embargo la inflación sigue. Entonces, lo que estamos viendo es que las razones inflacionarias en la Argentina son más complejas y están vinculadas a la especulación. 

¿Qué ocurre con los países cuyas economías están dolarizadas?

La mayoría son ex colonias inglesas y muchas todavía dependen de Inglaterra. Son países de economías muy pequeñas, poco industrializadas que por alguna razón tienen un interés estratégico, para Inglaterra o para Estados Unidos, que le garantiza la provisión de dólares. Los únicos dos países dolarizados que no son ex colonias y que están dolarizados son Ecuador y Panamá. La experiencia ecuatoriana sí es algo para ver. Ecuador dolarizó en el 2000 y continuó con inflación porque no es una herramienta que inmediatamente te lleva a parar la inflación. Hay que mirar lo que pasó en Ecuador, no se ha disminuido la pobreza, se tardó muchísimo en bajar la inflación, se perdió una herramienta monetaria que quedó cristalizada durante la pandemia. Y Panamá, sabemos que es otra realidad, es un paraíso fiscal.

¿A qué intereses responde la propuesta de la dolarización?

Primero pensemos que a las grandes corporaciones transnacionales les interesa una Argentina totalmente desregularizada que le permita explotar nuestros recursos y sacar ganancias en dólares y sin restricciones. Entonces, pienso que responde básicamente a los intereses de esas grandes corporaciones. ¿A quién le conviene dolarizar? Le conviene a aquellos que hoy tienen sus ingresos en dólares, que son los mismos que necesitan explotar los recursos naturales de la Argentina sin un Estado que regule. Además les conviene tener salarios bajísimos en dólares que implica tener mano de obra esclava. 

¿A quién les perjudica dolarizar? 

A los que tienen pesos, a los que cobramos en pesos. Pero mucho más aún a las mujeres y a las infancias. Porque cada vez que hablamos de aumentar la pobreza, tenemos que pensar que las mayores perjudicadas somos las mujeres. La pobreza está altamente feminizada. Tenemos menos derechos laborales porque estamos en proporción mucho menos insertas en los trabajos formales y mucho más precarizadas. Cada vez que se agudiza la pobreza estás siendo más duro con mujeres y con niños.