Una radio que tiene mucho para contar

Fotografía cortesía de Eva Fontdevila

Un lugar donde la palabra “comunicación” aparece como una necesidad. Un lugar donde las distancias complican los modos de relacionarse. Un lugar donde el derecho a expresarse y construir desde un medio de comunicación es un servicio carente. Allí nació un proyecto.

Lo que empezó como un taller de comunicación en la Escuela de Raco se convirtió en un medio comunitario que abre el servicio de comunicación a la zona. Impulsado por el Colectivo de Educación Popular Abrojos, el taller recibió a 60 chicos que descubrieron la comunicación como elemento esencial de toda comunidad. “Esta es una localidad particular. Es un pueblo rural, pero particular porque no tiene un lugar de encuentro para gente. Aquí todos viven alrededor de la ruta y no tenían ningún medio de comunicación”, comenta Eva Fontdevila, miembro fundadora de Abrojos. Reconocer esa necesidad hizo que los talleres tomaran su propio rumbo: la instalación de la radio comunitaria.

Y así lo hicieron. El sábado 6 de septiembre se inauguró la primera estación radial local, FM Raco. Como si eso fuera poco, la radio cuenta con la característica de ser comunitaria y sin fines de lucro, al servicio de los vecinos y con la participación colectiva de los chicos de la comunidad. “Son chicos que empezaron a trabajar con nosotros en un proyecto de comunicación cuando tenían 12 años y ahora tienen 19. Pasaron todo un proceso personal de crecimiento, de terminar la escuela, de decidir si estudiar otra cosa o llegar hasta ahí. Se están haciendo cargo de este proceso”, explica Eva, rescatando el trabajo de los jóvenes que fueron los protagonistas de la fiesta de inauguración de la radio.

La emisora es construida por los chicos de la comunidad para la comunidad. Este proceso se dio a lo largo de 7 años, en los que se pasó por diversas experiencias que hicieron difícil el camino. Tal era así que parecía una utopía pensar en la construcción de una organización social con un contexto donde lo único que se conocía eran las instituciones formales, como la comuna, la escuela, la iglesia o los centros de salud. “Nosotros tuvimos pibes que, cuando hicimos el catálogo de la biblioteca juntos, guardaban en el estante los libros con el lomo hacia atrás”, cuenta la integrante de Abrojos en relación al proceso que atravesaron los adolescentes al montar, antes de la radio, una biblioteca popular llamada “Paulo Freire”.

La instalación de la radio generó mucha expectativa en Raco y las localidades vecinas. “Eso no lo sabíamos hasta que hoy vimos que se acercó gente de Raco y El Siambón. La gente está muy contenta”, dice Fontdevila. La inauguración fue una fiesta donde se disfrutaron de shows musicales que incluyeron a bandas de folclore y de rock. El evento fue organizado por los chicos, protagonistas del proyecto, quienes se hicieron cargo de la comida, la maratón de radio en vivo, las donaciones y dieron pie a los invitados. Entre los asistentes se encontraron personalidades de los medios de comunicación de la provincia y autoridades nacionales. Además, se destacó la presencia de Ceferino Namuncurá, el interventor de Comisión Nacional de Comunicaciones, quien habló de la importancia de los contenidos. Este es un punto crítico de las radios comunitarias, “porque una cosa es poner la radio comunitaria y otra cosa es tener algo para decir y discusiones para dar. En ese desafío estamos”, expresa la integrante del colectivo Abrojos.

Un cambio de mirada a partir del contexto

El sueño de la radio comunitaria en Raco surgió hace dos años. Con el esfuerzo de todos los participantes, hoy esa radio está al aire. Sin embargo ese esfuerzo no habría sido suficiente hace unos cuantos años atrás, cuando no se contaba con el Estado para este tipo de proyecto. Ese Estado, del que todos los ciudadanos son parte, hoy está presente para potenciar cuando “antes una camioneta de la Comisión Nacional de Comunicación te venía a decomisar los equipos”, como dice Eva Fontdevila.

Esa legalidad que aportó la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no solo da tranquilidad para concursar en un subsidio, sino que otorga una responsabilidad desde los protagonistas de esos proyectos. “Desde que somos una radio legal todo el tiempo tenemos conciencia de que formamos parte de un clima de época donde tener una emisora comunitaria es parte de lo posible, de lo legal y de lo esperado por el Estado y por la sociedad que eligió la nueva ley de comunicación”, reflexiona Eva respecto a los desafíos que plantea llevar adelante un medio y la responsabilidad que implica. “No tengo ningún tipo de duda que el contexto invita y desafía”, agrega Fontdevila, quien reconoce que la biblioteca, la revista y el ciber comunitario fueron experiencias que surgieron del taller y tuvieron su proceso. “Cuando le pusimos Paulo Freire a la Biblioteca nosotros éramos conscientes de que eso no era una figura significativa para la comunidad. Sin embargo bautizarlo de esa manera nos permitió trabajar conceptos y perspectivas con los chicos. A veces ese es el trabajo de una organización”, cuenta la integrante de Abrojos.

El primer desafío que Eva se plantea es lograr incluir las inquietudes y desafíos de la comunidad. A esto se suma la tarea de generar contenidos para la nueva radio. Contenidos que abran el juego al debate y la discusión sobre las problemáticas de la localidad. Esa localidad de casas distantes sobre la ruta y que hoy cuenta con un equipo de comunicación joven que lleva adelante el derecho a la comunicación como un servicio para todos.