Perdieron la poca paciencia que les quedaba

Fotografía cortesía de Alejandra Puertas

Tres años pasaron y aún no hay respuestas para los vecinos del Barrio Julio Abraham de Alderetes. Fue un 29 de julio cuando más de mil familias tomaron las tierras de ex ingenio San Juan para construir sus viviendas. Hoy la realidad de aquel entonces no dista demasiado. Si bien consiguieron instalar medidores comunitarios y el servicio de agua, en líneas generales la infraestructura del barrio es precaria.

A horas de la siesta las calles están totalmente vacías. Los vecinos duermen y los chicos se fueron a la escuela a pie. Sí, caminando porque hace más de año que la línea de trasporte 122 – ramal San Jorge – no circula por el lugar. La empresa levantó el servicio dado a que es imposible que el colectivo circule por las calles, principalmente  por Alejandro Heredia y Alfredo Guzmán.

“La situación es caótica”, esas son las palabras con las que Alejandra Puertas, una vecina del lugar, grafica cómo están viviendo  los vecinos del barrio.  “Es una odisea circular, todos los días están robando. Cuando la gente está mirando para cruzar por las lagunas de agua, inmediatamente le roban lo que tienen”, agrega. En los últimos días, estos tucumanos perdieron la poca paciencia que les quedaba y decidieron hacer un corte sobre la calle Alejandro Heredia al 800. Horas después fueron desalojados por la policía, quienes les dijeron que debían ir a reclamar a la municipalidad y exigir ahí las respuestas. Sin embargo, esta no sería la solución. Según contó Alejandra, desde hace un año que la comisión de vecinos presenta notas en los municipios de la Banda del Río Salí y Alderetes.  “Ya perdimos la paciencia. Ahora no hay nadie en la municipalidad porque están en la Junta Electoral. Tenemos pensado volver a cortar hasta que nos den respuestas”, sostuvo.

En el último corte, los vecinos consiguieron que el ingenio done ripio para las calles. Sin embargo, para que ello sea posible es necesario que la municipalidad pase la motoniveladora y destape los desagües que están llenos de basura. Los vecinos hablaron con personal de la SAT – Sociedad Aguas del Tucumán- donde les explicaron que el agua no es consecuencia de pérdidas en la red domiciliaria, sino que proviene desde un barrio vecino.

Hasta el momento ya hay tres mujeres quebradas por intentar cruzar por la calle, autos y motos quedaron enterrados en el barro y las respuestas son nulas. La calle más afectada es Alejandro Heredia, que pertenece tanto al municipio de la Banda del Río Salí como al de Alderetes. “Vamos a las dos (municipalidades) con notas y no vienen a hacer nada. Como se dice, tiran las pelotitas entre ellos”, resume Alejandra.

Los vecinos siguen a pie de lucha y, ellos creen, conseguirán respuestas en algún momento. Porque tienen la experiencia de que con perseverancia y trabajo conjunto se cumplen los objetivos. Fue así que, por ejemplo, consiguieron que EDET trabaje hoy en la instalación de medidores individuales, los cuales estarían habilitados a medidos de noviembre.

En lo que respecta a la posesión legal del predio que actualmente ocupan, los vecinos no tienen novedades. Como dijo Alejandra, “el juicio esta en stand by hasta nuevo aviso”. Si bien la Ley de Expropiación fue aprobada en la legislatura tucumana, no hubo respuestas del Poder Ejecutivo para que entre en vigencia. “No hay nada concreto y estamos esperando que asuma el nuevo gobernador para que presentemos nuevos papeles y veamos cómo sigue la causa”, aclaró.

De poco, las más de mil siguen construyendo sus viviendas y tratando de mejorar su calidad de vida. Sin embargo, de la puerta para afuera hay un Estado ausente que no brinda infraestructura y que, quizás, aparecerá cuando llegue la época de tormentas para llorar sobre la leche derramada.