La educación abatida
/“No hubo una primera tanda de despidos y, por supuesto, no va a haber otra”, dijo Rogelio Frigerio, ministro del Interior de la Nación, hace una semana ante la pregunta del periodista Alejandro Gomel en su programa radial. “Lo que hubo fue, en su momento cuando asumimos, un ordenar el Estado desmantelado que encontramos”, justificó el ministro y agregó: “hicimos lo que teníamos que hacer”. La misma semana en la que se realizó la entrevista, alrededor de 50 trabajadores del Ministerio de Educación de la Nación recibían la noticia, al llegar a sus puestos de trabajo, de que estaban en la lista de despedidos.
Desde inicio de año hasta hoy, según denuncia la Junta Interna de la Asociación de los Trabajadores del Estado (ATE) del Ministerio de Educación, se despidieron a profesionales de 16 programas del ministerio. Entre ellos se encuentran el Conectar Igualdad; Finalización de Estudios Secundarios (FinEs); Coros y orquestas; Alfabetización; Lectura, Educación y Memoria; Adultos; Educación Técnica; Formación Docente; Nuestra Escuela; Centro de Actividades Infantiles (CAI) y Centro de Actividades Juveniles (CAJ); Contextos de Encierro; Educación Sexual Integrada; y Radios de Institutos de Educación Superior (Radios IES). Estas líneas de trabajo quedaron a cargo de las provincias que decidieron sostenerlas. Así, se calcula que la suma de trabajadores que quedaron afuera del Ministerio de Educación, desde que inició la nueva gestión de gobierno, supera la suma de 200.
Adriana Serrudo es una de las despedidas. En el año 2007, la antropóloga salteña llegó a Buenos Aires convocada por la coordinación del Programa Nacional de Educación Intercultural Bilingüe. Desde esta área, la investigadora se encargaba de gestionar la modalidad con las provincias para generar la inclusión de los pueblos indígenas en la escuela. Luego, la coordinación de este programa quedó a cargo de otra persona y Adriana, por sus estudios e investigaciones en formación docente, pasó a trabajar al Instituto Nacional de Formación Docente (INFD), en el área de Desarrollo Profesional Docente. Allí trabajó con acciones de capacitación y apoyo pedagógico a escuelas en las provincias. Al iniciar la nueva gestión, siguieron trabajando en la misma línea pero se empezaron a establecer cambios. Por ejemplo, según relató Adriana, las reuniones de la mesa federal de directores de educación superior que se llevaban a cabo en el INFD se empezaron a realizar en el Ministerio y no tenían la participación de los equipos de ese instituto. A esto se sumó la desinformación acerca de las líneas que iban a tener continuidad y con ello la renuncia del coordinador del área de Desarrollo Profesional Docente. Luego se juntaron áreas del INFD y se cambió el nombre de algunas, como el área de Adriana que pasó a llamarse Área de Formación de Formadores. Dentro de las nuevas líneas de trabajo, la antropóloga se interesó por la de la formación de profesionales que se encuentran en el secundario sin título docente. Su experiencia y perfil vinculado a la formación de docentes indígenas, que no cuentan con título, la llevaron a postularse para aportar en esa línea de trabajo de la nueva gestión. Allí estuvo trabajando Adriana hasta el 31 de agosto, cuando llegó a su lugar de trabajo y se encontró en la lista de despedidos. “De un modo totalmente sorpresivo. De hecho la persona que estaba trabajando conmigo, que no era mi coordinadora porque supuestamente éramos pares, no me informó nada”, contó Serrudo.
El final de Hernán Lombardi como trabajador del Ministerio de Educación no es muy diferente. A través de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas, el locutor y comunicador arrancó su actividad en el año 2012 conduciendo la radio de Tecnópolis y contando allí las actividades de la Dirección. Luego, Hernán fue nombrado como capacitador en técnica y producción de radio en todo el país a los CAJ y en Turismo Educativo, apuntado a chicos de escuela primaria. En marzo de 2015, el locutor fue convocado desde el INFD para capacitar en las radios socioeducativas de los IES. Así trabajó en todo el país con las 240 radios instaladas en los CAJ y las 50 radios de los IES. En enero de este año, ante la nueva gestión, diez capacitadores ingresaron dentro del INFD para manejar en dúos diferentes regiones del país, con un contrato hasta mayo con la Universidad de Quilmes. A pesar de esto, se encontraron con la desolación y sin directivas concretas. “Era un silencio absoluto. Un destrato”, comentó Hernán. Finalmente en marzo fue despedido el coordinador y les informaron que el área cerraría. Según contó Lombardi, la nueva directora ejecutiva del INFD, Cecilia Veleda, dijo no entender cómo la radio puede ser una herramienta pedagógica. Luego de eso, los capacitadores quedaron sin tareas claras hasta el 15 de abril, cuando la coordinadora de Recursos Humanos les dijo “el contrato va a salir hasta el 30 de abril, así que les deseo suerte en su próxima búsqueda laboral”, contó Hernán. Ahí inició la gira por las oficinas del ministerio, ya que la anterior oficina de radio fue cerrada. El locutor y otro compañero pasaron a trabajar en la Mesa de Ayuda de Cursos, donde se dedicaron a responder teléfonos y contestar mails. “Éramos tipo trabajador golondrina”, expresó. Luego pasó a trabajar a la Mesa de Postítulos y se postuló para la Mesa de Ayuda de Becas y en agosto empezó a trabajar ahí. Una reunión con las autoridades fue suficiente para que los coordinadores sean informados de que “iba a haber despidos”. Ese miércoles no dieron nombres. El viernes empezaron a sonar los teléfonos de varios trabajadores del INFD y una persona, que formaba parte de Recursos Humanos y no daba su nombre, les informaba que a partir del 30 de septiembre se rescindían sus contratos. No les dieron motivos.
“Llegué el lunes y simplemente una persona que forma parte de los trabajadores del ministerio y que conozco hace muchos años me miró a la cara y me dijo que estaba en la lista de los despedidos. Fue la única persona que me miró a la cara”, relató Adriana. “Mi compañera que me saludaba todos los días me preguntó mi apellido y me dijo que estaba en la lista de despedidos”, contó Hernán y aclaró que su compañera no le solicitó la tarjeta de ingreso, como una forma de solidaridad. Al siguiente día el acceso para todos los de la lista fue denegado; solo pudieron ingresar como visita por parte de los compañeros que no estaban despedidos, relató Lombardi. A media mañana, las autoridades dieron la directiva de que no ingresaba nadie más de la lista y que cualquier trabajador que quiera hacer ingresar a alguien como visita debía ser autorizado por el auditor, de acuerdo a las declaraciones de los despedidos. Sumado a esto, en palabras del locutor, esa misma tarde colocaron cámaras de seguridad en la entrada y dieron el aviso a los trabajadores de que si alguien hacía ingresar a las personas de la lista sería echado.
Los despedidos aseguran que criterios para despedir eran tres: jubilables, personas que trabajaban menos de 15 horas semanales y trabajadores prescindibles. “Todos somos laburantes, pero ¿quién sería prescindible? ¿Cuál es el criterio de alguien prescindible que lo diferencia de alguien imprescindible?”, se preguntó Lombardi, quien fue despedido dos veces en el mismo año. “Es extraño, porque el modo en el fuimos despedidos fue violento”, expresó Serrudo, quien no entiende cómo se puede cerrar las puertas de un espacio público a alguien que viene poniendo el cuerpo a la construcción de ese ministerio. Alguien que para las autoridades es prescindible, más allá de la formación y la entrega que esos trabajadores tenían hacia su trabajo. “No es que mi perfil no les resulte interesante o útil en este momento, sino que tiene que ver con una reducción del personal del Estado y con el tipo de políticas educativas que quieren implementar”, manifestó la antropóloga. “Puedo decirles muchos ejemplos sobre cómo la radio empezó a transformar las escuelas secundarias. Cómo genera entusiasmo y participación en los chicos para entender un tema y poder contarlo. Cómo transforma a un pueblo, más allá de mi experiencia”, expresó Hernán y agregó que “algunos pueblos tienen la radio como el único medio de comunicación. Eso permitió que la comunidad se acerque a la escuela y sea parte de la radio”.
La tanda de los últimos despedidos llega a casi 50, según se denuncia. Por eso los trabajadores se encuentran en estado de asamblea y movilización permanente. Aunados en la Junta Interna ATE del Ministerio de Educación, se movilizan con la consigna “Más despidos, menos educación”. Con esta idea se realizó un abrazo simbólico al Palacio Pizzurno y este lunes se suma una nueva intervención frente al edificio. Allí, durante la mañana, se realizarán varias actividades de alerta y preocupación con una marcha fúnebre de la educación.
Las palabras del ministro del Interior de la Nación generan desinformación, confusión y ocultamiento de la situación de las familias sin trabajo. “Estoy buscando trabajo y está dificilísimo. Es fuerte, me veo en casa mandando currículum y es muy duro”, contó Hernán Lombardi. Adriana Serrudo agregó que “desde el gobierno nacional hablan de reorganizar y optimizar el funcionamiento del Estado. El hecho concreto es que están desmantelando políticas y dejan a trabajadores sin su fuente de trabajo”.