¿De qué hablamos cuando hablamos de 'tortura'?

Fotografía cortesía de Bruno Cerimele

Fotografía cortesía de Bruno Cerimele

Se entiende por tortura a todo acto por el cual se aplica intencionadamente dolores y sufrimientos graves a una persona, ya sean físicos o mentales. La tortura se utiliza como método de disciplinamiento, para quebrar la voluntad de las personas y para obligarlas a la obediencia racional e irracional.

Hace 200 años, el Segundo Triunvirato convocó a los diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata a formar parte de una asamblea que sesionó en Buenos Aires durante dos años. Esta Asamblea del año XIII puso fin a la tortura como medio legal para cualquier fin. Así, se quemaron en las plazas públicas los instrumentos de tortura. Así, en nuestro país se puso fin al amparo de una práctica atroz e inhumana. Pero, ¿realmente se puso fin? Aunque parezca lamentable y absurdo, hoy siguen presentes.

El pasado viernes se realizó en Tucumán la Primera Jornada sobre la Tortura y Otras Penas o Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes. Con el lema "Cada vez que se tortura atrasamos 200 años" se desarrollaron conferencias con expertos del tema. Se hizo hincapié en la naturalización de la violencia, la falta de políticas que aborden la situación carcelaria y la vigencia de la inconstitucional ley de contravenciones en la provincia.

 "Cada vez que una persona es trasladada de una cárcel a otra, o cuando llega a la cárcel, la reciben con una paliza. Para que sepa lo que le espera", comenta la doctora Stella Maris Martínez, Defensora General de la Nación, en referencia a la tortura como método de disciplinamiento. Esta estrategia violenta y sistemática para quebrantar a las víctimas es intolerable en una sociedad democrática.

En ello recae la importancia de analizar y rediscutir las condiciones de detención en los lugares de encierro en la Argentina. La tortura está presente en esos lugares y la víctima es "esa persona que está privada de su libertad en un lugar donde se supone que lo va a resocializar. Claro que cuando sale a la sociedad es mucho más violento, mucho más resentido y peor ser humano de lo que era cuando ingresó", como lo explica la Defensora General de la Nación. 

Ahora bien, si hay pruebas contundentes de la aplicación de tortura y tratos inhumanos adentro de la cárcel, ¿por qué nadie condena a nadie? ¿Por qué nadie investiga nada? "La primera situación grave que hemos detectado es que con los presos pasa lo mismo que viene pasando con la mujer víctima de la violencia de género: los jueces no les creen", explica Stella Maris en la conferencia, dejando en claro que parte de la causa de esto es no tener en cuenta la denuncia de alguien que está en un ámbito público como la cárcel. Cuando esa persona es víctima, a su vez, de la violencia de la fuerza de seguridad (que se supone que tiene que cuidarlo) y lo denuncia ante un juez, la línea es "está mintiendo". Por ello se estableció el Programa de Violencia Institucional con un sistema de patrocinio jurídico, en el cual solo en los casos de violencia institucional se le otorga un abogado a la víctima que quiere convertirse en parte querellante. Lo cierto es que son pocos los presos que acceden, no porque no quieran, sino porque tienen miedo.

A 30 años de democracia, muchos ciudadanos aún avalan este tipo de prácticas. Y es que la postura de la sociedad es muy cómoda. "Yo creo que si yo llamo a muchos de esos señores que claman por 'mano dura' y le digo 'venga señor, acá lo tiene. Venga usted solito, no le va a hacer nada. Péguele usted, sáquele los dientes a patadas usted, póngale picana usted', ningún señor se va a manchar las manos", comenta la Defensora de la Nación en contexto de la jornada sobre tortura, remarcando con ironía que 'los bien pensantes' reclamamos el trabajo sucio a otro y después nos horrorizamos. "Así, con una sociedad hipócrita, jamás vamos a crecer ni instalar la democracia", afirma Martínez.

Estas Jornadas sobre Tortura y Otras Penas o Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes van a continuar realizándose a lo largo del país hasta el 2016, cuando se conmemore el bicentenario de la independencia. "Es muy importante que ese tipo de jornada se haga en la Corte Suprema. Es un escenario importante porque se está discutiendo el nuevo mecanismo nacional de prevención y los mecanismos a nivel provincial. La idea es que este proceso ayude a revertir la permanencia de prácticas de torturas en distintas instancias estatales", comenta Víctor Abramovich, Director del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur.

Esto es algo que nos compromete a todos. Es importante comprender de qué se habla cuando se habla de tortura. Es necesario entender que si plantamos violencia nos brota más violencia. "Se critica a las cárceles porque son escuelas del delito. Son mucho más que escuelas del delito. Son centros donde se inyecta violencia a seres humanos que ya son violentos", expresa Stella Maris y agrega que "la mayoría son presos fracasados. Los grandes delincuentes no entran a la cárcel y cuando entran están preservados". Y luego de esto, esos presos salen y se convierten en mano de obra desocupada, porque la misma sociedad se ocupa de no darle trabajo y a la vez exigirles que sean un "ciudadano ejemplar". ¿Acaso no es esto un mensaje confuso?

Javier Sadir

jsadir@colectivolapalta.com.ar