Carolina hizo justicia

Fotografía de Bruno Cerimele

Termina la proyección de “La noche del mundo” en Tucumán y el grito de “¡30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes!” resuena en la sala multimedia del Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT). Los ojos de Carolina Meloni, la realizadora, se llenan de lágrimas. Tal vez por el reconocimiento a su trabajo, tal vez por estar en Tucumán, o tal vez porque ese aplauso representaba un acto de justicia. “Fue muy emotivo todo lo que pasó esta noche”, afirma Meloni y sonríe convencida de que el proyecto llegó a su objetivo. Un objetivo que se impuso el día que su madre recibió la llamada que le informaba que los restos de su hermano, Hernán Eugenio González, fueron identificados en el Pozo de Vargas.

El documental se rodó durante el año 2014 en Tucumán y cuenta la historia de las familias de seis desaparecidos identificados en el pozo. Además, la realización audiovisual enmarca el contexto sociopolítico con imágenes de archivo y testimonios de historiadores y abogados. A esto se suman escenas de ficción que ilustran momentos claves de los relatos, como cuando su mamá recibe la llamada o los familiares asisten a los Centros Clandestinos de Detención y Exterminio (CCD/CCE). “Todo el proceso del documental fue larguísimo”, aclara Carolina y agrega que “darle forma es casi toda obra de los directores con el apoyo de las historias y la base argumental”. El guion fue realizado por Nacho Zacaluga, uno de los directores, quien tomó los aportes de las entrevistas registradas y les dio un hilo narrativo. Por eso Meloni destaca el trabajo en equipo, que no dependió solo de ella.

“Todo esto fue un shock emocional para la familia. Si lo resumo en cinco imágenes la primera que se me viene a la mente es la de mi mamá recibiendo la noticia. La segunda imagen es el trabajo del equipo escribiendo a los familiares, la cocina del documental. La tercera imagen sería el viaje y enfrentarse al Pozo de Vargas. La cuarta imagen es el estreno en Madrid, en la sala de Mataderos, y la quinta imagen es aquí en Tucumán”, resume Meloni su camino de justicia. Y es que el documental forma parte de un proyecto de investigación que financió, en parte, la Universidad Europea de Madrid. Así se estrenó en España, en Madrid y Barcelona, donde las huellas del franquismo siguen latentes en nombres de calles y edificios públicos. “Las emociones que viven los espectadores fueron similares acá como en Europa, sobre todo en España, un país que todavía no se ha hecho cargo de su memoria histórica”, explica la realizadora y cuenta que la primera pregunta que le hicieron en Europa fue por qué Argentina y no España. “Yo creo que la desaparición de un ser querido te remueve de igual manera seas argentino o español. Y España es uno de los países que más número de desaparecidos tiene. Impacta igual. He visto a gente llorar tanto en la sala Mataderos y en Barcelona como aquí en Tucumán”.

El documental seguirá su rumbo y se presentará en Santiago del Estero el 18 de julio. En esa circulación está esa justicia. Con un material que se comparte y que muestra cómo aquello que intentó enterrarse, borrarse, quemarse, surge en forma de arte para hacerse presente como un acto de memoria, verdad y justicia.