La ayuda que viene de adentro
/Junto a los porqués que muchas veces quedan sin respuesta, llega el miedo a lo que vendra, a lo que se puede hacer o no para superar ese diagnóstico. Leucemia, linfoma, mieloma, entre otras patologías, cambian la vida de chicos y grandes y le ponen signos de interrogación al futuro. Un futuro cuya llave es el trasplante de médula ósea. Durante años, la confusión nacida de la falta de información fue el principal escollo para captar donantes de médula ósea para los pacientes que no contaran con un familiar compatible. Mucha gente confunde la médula ósea con la médula espinal. La médula espinal corre a lo largo de nuestra columna vertebral. La médula ósea, en cambio, se encuentra dentro de los huesos y contiene células progenitoras hematopoyéticas, que fabrican los glóbulos rojos y blancos, y las plaquetas.
Con la creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) del INCUCAI hace una década, ésta y otras dudas habituales son respondidas día a día y miles de personas han dado un paso al frente. Son 65.000 los argentinos que han manifestado su voluntad de ser donantes de médula ósea, poniéndose a disposición de ese desconocido que lo va a necesitar, quizá mañana o dentro de unos años.
Los voluntarios deben estar sanos tener entre 18 y 55 años y pesar más de 50 kilos. En el Centro de Donación, previa autorización, les tomarán una muestra de sangre, con la que se obtendrá el código genético del candidato a donante, el que formará parte de una base de datos nacional e internacional. Así de simple es el primer paso para ayudar.
En caso de ser compatible con alguien que necesita un trasplante de médula ósea, la donación no requiere viajes ni inversiones de parte del donante, quien recibirá toda la información necesaria a lo largo de este proceso. La extracción de las células se realiza a través de una punción en el hueso de la cadera (con anestesia general) o directamente vía venosa, después de la aplicación de vacunas que estimulan la salida de las CPH a la sangre (dura aproximadamente dos horas).
Con la salud de una persona en juego, hay mucho que se puede hacer sin necesidad de ser familiar, amigo o siquiera vivir en la misma provincia o el mismo país. Los porqués de la enfermedad pueden quedar sin respuesta, pero la necesidad de un donante no.
Cecilia Morán
cmoran@colectivolapalta.com.ar
Fuente, imagen y más información: http://www.incucai.gov.ar/