25 de Mayo, chocolate caliente y carpas
/Y pasó el 25 de Mayo. El año pasado se asistió a una celebración del bicentenario, llena de luz, color y un brote exagerado de patriotismo. En Buenos Aires la escena parece repetirse, pero en la ciudad de Tucumán, la cosa es, y fue durante todo el día bastante diferente. Para empezar, los acampes frente a la casa de Gobierno, dio un panorama muy poco festivo. La variedad y cantidad de carpas son reflejos de la variedad y cantidad de reclamos. Trabajadores de la salud, jubilados, vecinos del barrio Judicial, agrupaciones sociales como la Corriente Clasista y Combativa. Cada uno presenta problemáticas propias y puntuales, que en algún lugar seguramente se tocan.
El punto es que estas carpas no se movieron de la plaza a lo largo de todo el día, y su presencia puso impaciente a más de uno. Hasta últimas horas del día 24, en las redes sociales se actualizaban estados diciendo: "Osvaldo Jaldo negociará en minutos en su despacho con los campistas de la plaza". A primeras horas de la mañana del 25, se realizó el vallado del paseo público, dejando de alguna manera aislados a quienes por estos días realizan sus reclamos. El acto, que no contó con la presencia del Gobernador debido a su reciente luto, se llevó adelante sin ningún inconveniente. La plaza se llenó de personas que venían a dar su apoyo al primer mandatario, nadie desconoce cuál es el móvil real de estas multitudes. En este caso, las decenas de personas que se movilizaron sirvieron para tapar lo que nadie quería mostrar. Las carpas de la dignidad, de la justicia, de la lucha. Las que cuando se retiró aquella "alfombra de público", siguieron firmes exigiendo sus derechos.
La fiesta, hoy tuvo más de un escenario. Adentro de la Casa de Gobierno, funcionarios que bebieron chocolate caliente. En la plaza, los que fueron por los pesos que servirán para el locro y el vino, y los que tienen la convicción de sus reclamos.
Hoy, a 201 años de aquel 25 de Mayo de 1810, el pueblo tucumano, ya sabe de qué se trata. Y aunque las voces oficiales vitorean a quienes hacen patria en sus puestos de trabajo, los campistas están convencidos que hacen patria cuando no bajan los brazos ni ceden ante chicanas políticas. Allí se encuentran, firmes. Sabiendo que el frío va a empezar a intensificarse, las medidas que contemplan tomar, también.