Y ahora ¿qué hago?

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Esa es una pregunta muy frecuente entre los jóvenes adolescentes que cursan su último año en la escuela secundaria. Luego de las fiestas, viajes y despedidas de sus compañeros, los chicos comienzan a atravesar momentos de incertidumbre ya que desconocen el abanico de posibilidades que tienen para el futuro. Muchos chicos deciden, por una u otra razón, no continuar con los estudios universitarios, mientras que otros comienzan una carrera que muchas veces no llega a satisfacerlos completamente y esto se debe a que ellos no tienen el conocimiento absoluto de las carreras que las universidades de Tucumán brindan.

Desde la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Tucumán, reconocen que los chicos presentan esas dudas a la hora de ingresar en esta casa de estudio, como así también el bajo nivel educativo de muchos de ellos. “Nosotros somos conscientes de que hay una brecha muy grande entre colegio secundario y la universidad. Entonces, desde nuestro lugar, vamos a los colegios cuando nos invitan o pedimos ir. También generamos actividades en nuestra facultad para que los chicos vengan”, comenta el Decano de la UTN, Ing. Walter Soria.

No solo esta casa de estudio brinda la posibilidad de que los adolescentes descubran todo un mundo de profesiones que pueden ir acorde con su personalidad o gustos. Pero lo cierto es que en este proceso de descubrimiento, la escuela no se encuentra ajena, pues es allí donde se deben plantear las discusiones y poner énfasis en ayudar a encontrar la carrera adecuada para cada uno de los alumnos, siempre dejando que la decisión final sea suya.

“En el seminario de ingreso tratamos de que en un mes y medio los chicos tomen conciencia de cuál es el alcance de cada carrera, cuál es el perfil del graduado, con qué grado de conocimiento va a salir una vez que egrese y cuáles son las incumbencias de las diferentes carreras. Algunos chicos tienen muy en claro donde están parados y otros se dan cuenta con la realidad”, relata el Decano y realiza una propuesta “en este seminario de ingreso y adaptación tratamos de nivelarlos para arriba y no para abajo, como vienen cuando han terminado el secundario. En el sistema educativo en general hay que hacer un replanteo. Nosotros desde la universidad no estamos exentos a esta problemática y sabemos que aunque somos la última instancia, y nos quejamos, reconocemos que algo tenemos que hacer entre todos para encontrar una solución”.

No existe nada más frustrante para un chico que perder un año universitario en una carrera que no le interesa, pero lo peor es encontrarse en “la nada misma” cuando reconocen que eso no les gusta pero tampoco saben qué es lo que de verdad quieren hacer. Dentro de toda esa carga emocional por la que transcurren los chicos, se le suman las de los padres debido a su “desilusión” porque su hijo no será el profesional que ellos tanto desean. Es por ello que los padres también deben apoyar las decisiones de sus hijos e involucrarse, sin ser una carga más que los perjudicará en el futuro.

Delfina Campero

dcampero@colectivolapalta.com.ar