Música de acá: una experiencia colectiva

Fotografía cortesía de Música de Acá

¿Qué pasa cuando  14 organizaciones barriales  y un programa de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) se juntan para promover centros culturales barriales? El resultado es la conformación de un grupo de artistas de barrio que hacen música de la propia construcción colectiva. Así es el proyecto llamado Música de acá.

Los grupos que integran este proyecto provienen de diferentes puntos de la provincia, como Santa Ana, Alderetes, San José y Concepción. Bandas de rock, rap, folclore y cumbia formadas en diferentes barrios de Tucumán se juntan todos los jueves en el Centro Cultural Caracol del Norte para ensayar y aprender en conjunto. Los chicos, de entre 15 y 25 años, conforman clínicas de perfeccionamiento en las cuales cuentan con facilitadores que los asesoran en el mejoramiento de las técnicas vocales, el uso de los instrumentos y hasta la expresión corporal.  “Nuestro rol es elaborar propuestas conjuntas, donde nosotros seamos un partícipe más. Tiene que ver con las necesidades de la comunidad, lo que te transmite y en función de eso intercambiar conocimientos”, dice Carolina Santilli, directora del Programa Carpa Cultural de la UNT, que promueve el proyecto.

La meta es la grabación de un CD con las canciones compuestas e interpretadas por las diferentes bandas que representan la música de acá, como lo indica el nombre. Por eso, la Facultad de Artes de la UNT brinda su sala de grabación para la edición y masterización de las canciones. Por ello, en las clínicas se aprovecha la participación de todas las bandas para realizar un trabajo de calidad. “La idea es brindarles herramientas para que los chicos puedan soltarse y mostrar su potencial”, explica Carolina.

La clave es el trabajo colectivo. Así surgen experiencias solidarias donde se puede ver cómo una banda ayuda a otra con las pistas, el dinero o la organización para que todos puedan tocar. Del mismo modo surgen acciones colectivas para que las clínicas sean cada vez de mejor calidad. Este trabajo en red fue el que permitió, por ejemplo, que entre las bandas, la universidad y organizaciones barriales, como Crecer Juntos, se logre mejorar el sonido.  “Es muy interesante cómo construimos en colectivo. En eso nos queremos parar y replantear a la universidad en su posición de ‘llevar el conocimiento’. Lo mejor es pararnos desde la gestión asociada y la interinstitucionalidad”, dice Santilli aclarando que si bien se busca un trabajo acabado, eso no deja de ser una gran excusa, y agrega que “se arman vínculos y amistades. De todo esto queda el encuentro”.

A lo largo de este proceso, los integrantes de las bandas fueron adoptando diferentes actitudes y aptitudes que dejan en claro su evolución. De este modo el contagio por aprender y crecer se hace inevitable, al punto que chicos que no se animaban a cantar luego de la clínica se sienten con la confianza suficiente para animarse a mostrar su talento.

En las próximas semanas las bandas iniciarán la etapa de grabación, donde cada banda tendrá alrededor de cuatro horas para plasmar su canción elegida en el ansiado CD. Además, una vez que las bandas estén preparadas, los protagonistas de Música de Acá se presentarán el Teatro Alberdi para mostrar al público su talento en vivo. “La idea es seguir y continuar y que cada vez podamos tener más grupos de jóvenes. Queremos que este proyecto sirva de ejemplo para que otras organizaciones se sumen”, expresa Carolina Santilli, dejando en claro que estos espacios tienen que servir para que las organizaciones barriales muestren lo que hacen en los Centros Culturales que no se encuentran dentro de las cuatro avenidas.

Inclusión, construcción colectiva, solidaridad y arte son las palabras que resumen este proyecto que surge de los barrios. Con la voluntad de los jóvenes y con el trabajo en red se da lugar al encuentro que hace música. Pero no música de esa que se escucha por las grandes emisoras. Música que dice, que denuncia y que resuena en la comunidad. Música de acá.