Una calle en nombre del genocidio
/Por Tina Gardella
No es sólo un tema de nominaciones. Más allá del peso simbólico que los hechos y actos de recordación irradian hacia una comunidad, las prácticas de Memoria instituyen actores socio políticos que adquieren una u otra estatura.
Hace unos días, Luisa Vivanco, vecina de Yerba Buena, presentó su libro Decir que somos quien somos. Un precioso y amoroso recorrido por su vida testimonial de entrega, militancias, exilios. Textos que hablan también de calles de Yerba Buena con familias alegres y solidarias tornadas en oscuras y tristes, con vecinos que se cruzaban de vereda para no saludarla...las calles de la vuelta a su ciudad, a su barrio de Yerba Buena, eran calles aún habitadas por el terror.
Como parte de una experiencia de riquísima articulación, estudiantes de Comunicación con la Agrupación H.I.J.O.S y el Colectivo La Palta realizaron una compilación de crónicas del blog Diario del Juicio durante el desarrollo del Juicio Operativo Independencia Tucumán (2016- 2017). Editado por la Facultad de Filosofía y Letras (2018), la sección VII está destinada a Yerba Buena. Con prólogo de la investigadora Mercedes Vega Martínez -cuyo hermano José Blas era militante y estudiante de la UTN, y que fuera secuestrado y desaparecido desde su domicilio en esa ciudad-, las crónicas del Juicio dan cuenta también del secuestro de los hermanos Mercado y hasta de una testigo de identidad reservada por haber sido víctima de delitos sexuales. Calles de Yerba Buena transitadas por agentes de un Estado que no solo dejó sin garantías de vida a quienes las habitaban, sino que fue su propio perpetrador de muerte, tortura y desaparición.
Para el 24 de marzo de este año de pandemia, vecinos de El Corte realizaron un homenaje recordatorio a la familia Alarcón que fue secuestrada de su vivienda, desaparecidos sus integrantes y que aún busca a una pequeña niña de la que hasta ahora no pudo saberse de su destino. Calles de Yerba Buena con historias de ausencias, desencuentros y angustias.
Todos estos hechos y acontecimientos dan cuenta de la construcción de Memoria como ese proceso social, político y cultural por el que se dota de sentido a las historias tanto singulares como colectivas. Por lo que sus actores socio político culturales adquieren una estatura inmensa para esa construcción a partir de las condiciones del presente.
Esta semana el intendente Mariano Campero realizó un homenaje a Humberto Viola, quien fuera capitán del Ejército Argentino -asesinado por el Ejército Revolucionario del Pueblo en 1974-. El homenaje consistió en un acto conmemorativo para inaugurar una calle con su nombre en el municipio de Yerba Buena.
¿Qué estatura es la que porta la intendencia de Yerba Buena para construir Memoria en tanto ya sabemos que, más que una cuestión del pasado, la Memoria es una acción situada relacionada con el contexto social y político? Es complejo entender sus acciones en virtud de los propios dichos de su intendente, Mariano Campero, al manifestar: “Muchos años se ocultó la historia. Nosotros la ponemos en valor”.
Más allá de que no puede el funcionario desconocer los 14 juicios de lesa humanidad que se realizaron en la provincia, es digno de perplejidad que desconozca los proyectos de investigación y de extensión sobre la Memoria de la Universidad Nacional de Tucumán. Esa Universidad con la que se vanagloria de haber firmado convenios de salud, educación o medio ambiente. Esa Universidad de cuyo legado familiar es parte. Esa Universidad que acaba de aprobar en la última sesión del Consejo Superior el proyecto de la Agrupación H.I.J.O.S. para la restitución a sus familias de los legajos de estudiantes secuestrados, desaparecidos y asesinados.
Tener estatura para construir Memoria es, ni más ni menos, estar a la altura de las circunstancias y estar a la altura de las consecuencias. Ser un actor socio político cultural que genere las condiciones para que el recordar cuente con los recursos materiales y simbólicos que actúen como marco de referencia es el rol de quien ocupa un lugar en el Estado. Esos recursos tienen ya historia, tienen sustento jurídico y legal.
Seguiremos esperando que el intendente se posicione como tal en tanto es desde donde lo jurídico y lo legal pueden adquirir posicionamiento político que empuje a nuevos horizontes de futuro.