La salud, cada vez peor

En pleno año electoral, la situación de la salud en Tucumán no es un problema menor, no por lo menos para los cientos de tucumanos que no cuentan con una obra social o que sus ingresos no le permiten acceder a una prepaga.

Son éstos los ciudadanos que día a día sufren las consecuencias de las medidas cada vez más firmes que toman los profesionales de la salud. Medidas que apuntan a que sus reclamos por las reivindicaciones laborales sean, de una vez por todas, escuchados.

La comunidad termina siendo por estos momentos la víctima más vulnerable, porque hasta una intervención sencilla, como una cirugía de apéndice, debe dilatarse hasta convertirse en una urgencia, para recién poder ser atendida. Y como éstas, son muchas las problemáticas que día a día afrontan quienes dependen de la atención médica pública.

A pesar de no ser un problema menor, a pesar de estar tan cerca las elecciones, donde se juega la reelección del gobierno que tiene en sus manos resolver este conflicto, el problema es prácticamente ignorado por parte de los principales responsables.

Esta situación de desentendimiento, además de dejar evidenciado el lugar que ocupa en la agenda oficial la salud de los tucumanos, da claras muestras de la tranquilidad y la seguridad que detenta el gobierno provincial respecto a su triunfo en las urnas.

¿Será que el poder ejecutivo confía plenamente en que la ciudadanía no lo reconoce como quien debe dar pronta solución al conflicto? Es sabido que una enfermedad por sí misma ocasiona muchos y a veces graves inconvenientes. Por lo pronto, los titulares de los diarios manifiestan semana tras semana, que la salud está en crisis, que esta crisis se agudiza y que la problemática se agrava. Y cuando parece que nada más puede empeorar, de pronto uno de los hospitales de la ciudad se encuentra tomado por los trabajadores y rodeado de policías uniformados que intimidan con su sola presencia.

Todavía queda responder qué es lo que le da a quien gobierna la certeza de que el electorado no va a pasar facturas a la hora del sufragio. Y si para muchos esa respuesta es clara, será entonces momento de tomar el toro por las astas, como reza el dicho popular, y tomar posiciones y decisiones a conciencia.

Gabriela Cruz

gcruz@colectivolapalta.com.ar