Velas encendidas por Colombia

Ana María Cortés era una líder social colombiana de 46 años. Vivía en Cáceres, en la región del Bajo Cauca antioqueño y coordinaba la campaña presidencial del candidato Gustavo Petro en ese municipio. Fue asesinada mientras estaba en un bar la tarde del 4 de julio pasado. El día anterior, mientras Colombia jugaba contra Inglaterra por los octavos de final de la Copa del Mundo, mataron a Luis Barrios y Felicinda Santamaría, líderes comunales de los departamentos de Atlántico y Chocó, respectivamente.

En cuatro días, tres muertos. Este julio sangriento condensa apenas una parte de la escalada de violencia que sufre el pueblo colombiano hace mucho tiempo. Ya son más de 100 los líderes sociales, hombres y mujeres, que han sido asesinados en lo que va de 2018, 30 de ellos en los últimos diez días. El pasado viernes 6 de julio en diferentes ciudades colombianas y del mundo se encendieron velas para exigir al Estado que tome cartas en el asunto y termine de una vez con la masacre.

Organizados desde lejos

“Nos están matando” es una de las consignas devenida hashtag que recorrió las redes estos últimos días para manifestar el repudio a estas muertes y a la impunidad de la que gozan los asesinos. Esta movida virtual que llegó a todas partes del mundo también sirvió para que los ciudadanos colombianos que residen fuera del país se comunicaran entre ellos y se reunieran para hacer ‘velatones’ simultáneas a las de Colombia en distintas partes del mundo.

A través de un comunicado de prensa, los colombianos en Argentina expresaron su preocupación por la situación por la que atraviesa su país debido al accionar violento por parte de los grupos paramilitares “cuya presencia y poderío han sido negados repetidamente por los grupos dominantes que se ven beneficiados por su accionar”. Según este documento, el crecimiento exponencial de la violencia, tanto los asesinatos como las amenazas propinadas por grupos ilegales armados, tiene su explicación en dos hechos importantes sucedidos en los últimos tiempos: el triunfo del NO durante el plebiscito por el acuerdo de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el de Iván Duque en las últimas elecciones presidenciales, ambas “promovidas por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez”.

Las velas, que se encendieron en Buenos Aires, Rosario, Mendoza, La Plata, Córdoba y Tucumán, denunciaron lo que consideran “un plan sistemático de genocidio contra las ciudadanías libres que han liderado los procesos de reivindicación social y transformación de las estructuras económicas y políticas corruptas que gobiernan en el país”. Nicolás Reyes, becario doctoral de Conicet quien vive en nuestra ciudad unos pocos años, fue uno de los impulsores de la concentración realizada el viernes pasado en plaza Independencia. “Lo que nos congrega aquí el día de hoy es la preocupación que tanto yo como un montón más de colombianos tenemos respecto a la situación de derechos humanos en Colombia”, cuenta.

Nicolás recalca que no se trata de asesinatos aislados sino de un accionar “sistemático y selectivo” y explica: “Todo empieza porque en Colombia de manera espontánea gente de sectores sociales súper diversos se empieza a organizar para visibilizar estos asesinatos de líderes sociales de derechos humanos, de líderes comunitarios que pelean por los derechos de sus comunidades, a no tener minería ilegal, a proteger sus recursos naturales y, muy importante, líderes sociales de la restitución de tierras, que son aquellos que encabezan organizaciones campesinas que quieren volver a las tierras que alguna vez les fueron expropiadas de manera armada ilegal por los paramilitares de derecha en Colombia. Toda esa gente ha terminado muerta, llevamos más de 300 muertos desde la firma del acuerdo de paz, que es cuando las FARC entregan las armas”.

Junto a algunos ciudadanos colombianos que residen en nuestra provincia, entre velas y esgrimiendo las fotos de los líderes sociales asesinados, Nicolás cuenta que la iniciativa de reunirse surgió en Colombia y se replicó en muchos países como Francia, España, Estados Unidos y Argentina. “Nos empezamos a sumar desde el exterior personas que estamos preocupadas por el asunto, ninguna de las personas que estamos acá milita para ninguna organización, nos unimos de manera muy espontánea. Lo que queremos es generar presión, tanto interna, en el país mismo, en este momento las plazas hay centenares de velas porque la gente que está preocupadísima por esto es muchísima, y también desde el exterior para obligar al gobierno a reconocer que hay un plan de asesinato selectivo que es básicamente un genocidio, porque el gobierno no lo admite”. En este sentido, agrega que, a pesar de que la ONU se haya manifestado ya por segunda vez exigiéndole al gobierno colombiano que tome medidas, desde el Estado se minimiza estos hechos aduciendo motivos falsos y sin pruebas: “Hasta hace contados días el ministro de Defensa, que es quien está a la cabeza de las fuerzas armadas y quien debería velar por la seguridad de todos los colombianos, salió a decir que una de las últimas líderes asesinadas probablemente tenía nexos con el Clan del Golfo, sin ningún tipo de evidencia. Lo hizo para generar en el imaginario de la gente que ella merecía morir. En otro caso, cuando se le preguntó por ese montón de asesinatos que no son de ahora sino que vienen desde hace muchísimos años atrás, incluso antes de los acuerdos de paz, dijo que eran por ‘líos de faldas’. Es aberrante que un funcionario del gobierno oficialmente en una rueda de prensa diga algo así”.

El próximo 7 de agosto, fecha de la toma de posesión del nuevo presidente electo Iván Duque, se ha convocado a una movilización a lo largo de toda Colombia que probablemente tendrá sus réplicas en otros países. “La temática será muy similar a esta convocatoria: intentar abrazar todo el proceso social de la gente de las comunidades en el campo, pero desde las ciudades”, adelanta Reyes. “Es un mensaje puntual hacia el presidente que está posesionándose para decirle que la gente decidió por él, pero ojo con el tema de derechos humanos, no vamos a hacer de esto una carnicería”.

La velatón en Tucumán | Fotos de Elena Nicolay

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