Hospital Garrahan: salud pública y formación profesional bajo ajuste

Foto: Cristina Sille

“Es fundamental entender lo que genera el hospital Garrahan como hospital de referencia en todo sentido, tanto en la atención de pacientes como también en la formación de profesionales”, dice Juan Pablo Molina, médico pediatra y director del Centro Provincial de Atención del Neurodesarrollo Infantil (CEPANI) en Tucumán. Desde hace meses, trabajadores del hospital piden respuestas ante los reclamos por mejoras en sus infraestructuras y en sus sueldos. A día de hoy, las respuestas no llegan y desde el Gobierno Nacional solo reciben más ajuste. 

El hospital Garrahan es el centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuita y de alta complejidad más importante de Argentina y América Latina. Cada año, se registran alrededor de 600.000 consultas, 12.000 cirugías, más de 110 trasplantes y egresan alrededor de 28.000 pacientes. El 70% de ellos tiene cobertura pública y el 30% cuenta con obra social. La institución, además, se dedica a la formación de profesionales tanto en pediatría como en sus subespecialidades. 

Juan realizó su residencia médica en el Garrahan. Allí se formó en pediatría del neurodesarrollo, una subespecialidad dedicada a atender los trastornos del desarrollo en infancias. “Este tipo de formación tan especializada solo se puede dar en centros de altísima calidad, que sean reconocidos, que tengan profesionales con experiencia y con equipamiento acorde para poder formar gente, como lo es el hospital Garrahan”, sostiene Molina. Además de médicos y médicas, en el centro pediátrico también se forman enfermeras y enfermeros, técniques y especialistas en el área de laboratorio. 

El hospital también es uno de los pioneros de la telesalud, es así que se brinda atención a través de oficinas de comunicación en los hospitales de otras provincias. Además, se articulan interconsultas con los profesionales sobre casos que generan dudas y que no se pueden resolver en otros hospitales. “Ese es otro servicio muy importante del Garrahan y que se debe tener en cuenta porque es fundamental su presencia”, dice Juan. Cuando estas consultas no pueden ser resueltas, se recurre a la derivación de los hospitales de día. Allí los niños, niñas y adolescentes de otras provincias son internados durante un día y reciben atención especializada. 

Molina cuenta que otro punto a destacar del hospital es el regreso de profesionales a las provincias una vez que se termina la formación. Esto permite que se generen servicios a lo largo del país y dar respuesta a otras demandas. El médico recuerda que al regresar a Tucumán pudo conformar, junto a profesionales, el CEPANI. Este Centro brinda atención a infancias con trastorno de neurodesarrollo en la provincia. “Hemos tomado el modelo de servicio del hospital Garrahan y lo hemos adaptado. Esto fue gracias a que, a través de mi vuelta, pudimos mantener el contacto con los profesionales de allá y recibir asesoramiento”. 

Más recorte, menos salud 

Actualmente, trabajadoras y trabajadores del hospital Garrahan denuncian una crisis sanitaria ante el deterioro de las instalaciones, la falta de personal y los bajos sueldos. Según trabajadores del espacio, son más de 200 profesionales que presentaron su renuncia.  

Desde sus inicios, el hospital es financiado en un 80% por el Estado Nacional y el 20% restante por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ese presupuesto es asignado principalmente al pago de sueldos de trabajadores del establecimiento. Sin embargo, en el último año se registró una caída presupuestaria del 54%, según un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria

A esto se suma la nueva Resolución 2109/2025 impulsada por el Gobierno Nacional que modifica el sistema de residencias. De esta manera, deja de entender las residencias médicas como un empleo y pasan a considerarse becas. “Los profesionales no van a tener aportes, los sueldos van a seguir siendo bajísimos. Se trata de justificar esto diciendo que es una capacitación que se le da al profesional, y eso no es así. Lo cierto es que un profesional que se inicia en una residencia, es un profesional recibido”, sostiene Juan. Y agrega: “Se pierden derechos adquiridos que es gravísimo que los perdamos porque, además, va en detrimento de la atención de los pacientes”. 

Ante este contexto, trabajadoras y trabajadores saldrán a las calles en una nueva movilización para reclamar por sus derechos y defender la salud pública. Además, se lleva a cabo un paro de 24 horas. “Seguiremos apoyando a toda la comunidad que trabaja en la salud, y al hospital Garrahan porque es central a nivel país para que se mantenga la calidad en la atención de salud pública”, concluye Juan Molina.