Continúan las audiencias en el juicio por el crimen de Ceferino Nadal

Foto: Ítalo Lautaro Vaca Navarro | La Palta

Ceferino Nadal tenía 43 años cuando, el 24 de junio de 2020, falleció después de ser reducido por efectivos policiales en pleno centro de San Miguel de Tucumán. El pasado lunes comenzó el juicio por su crimen que tiene como único imputado al policía Cristian Gómez, perteneciente a la Guardia Urbana. Durante las audiencias declararon peritos, policías y testigos presenciales. 

El día del hecho, Nadal fue acusado de robar una gorra en un supermercado. A partir de esa denuncia, empleados del local y civiles iniciaron una persecución. Al llegar a la esquina de Crisóstomo Álvarez y Las Heras, fue detenido por seis efectivos policiales, lo pusieron boca abajo y le colocaron las esposas. “Le puse la rodilla en la parte del omóplato para evitar que se mueva”, declaró el imputado. 

Durante las declaraciones testimoniales, el comisario César Ledesma explicó los protocolos del personal policial ante una detención y afirmó que “no es necesario apoyar la rodilla sobre la cervical cuando una persona ya está inmovilizada”. Además, señaló que en la formación de los efectivos se enseña qué zonas del cuerpo no pueden recibir presión ni golpes. Estas son la cabeza, el cuello y la columna vertebral. 

“Sueltenmé, me están asfixiando, me falta el aire. No he hecho nada", escuchó uno de los testigos decir a Ceferino. Este relato coincidió con las declaraciones de otras personas que presenciaron el hecho, como así también con los videos incorporados a la causa. Por su parte, los policías que participaron de la detención dijeron no recordar este momento a pesar de encontrarse a centímetros de la víctima. “Él ha sido torturado en plena vía pública, sin necesidad. Por qué si él gritaba que lo revisen, no hicieron nada. Por qué no lo han escuchado”, dijo Karina Rodríguez, compañera de vida de Nadal. 

El primer informe preliminar de la autopsia determinó que Nadal “sufrió en vida la compresión violenta del cuello, lo que produjo una asfixia de tipo mecánica”. También se registraron signos de sangrado compatibles con una fuerte presión en esa zona. Un segundo informe indicó que la muerte se produjo por una falla cardíaca desencadenada por la compresión que ejercieron los policías, el estrés, la persecución y una cardiopatía preexistente. Además, se detectaron hemorragias en las vías aéreas. “Para que haya hemorragias en esa zona, debe haber existido una compresión”, afirmó el médico forense Alejandro Tula Rizo

Gustavo José Armando, otro de los médicos que intervino en la causa, sostuvo que “en el organismo del señor Nadal una situación de estrés y una asfixia pudo desencadenar un riesgo mayor. La sofocación y la persecución previa influyeron”. Por parte de la defensa, el médico fue consultado sobre la posibilidad de una cardiotoxicidad, es decir, de daños en el corazón debido a la ingesta de sustancias. El profesional fue claro y afirmó que no se encontraron rastros de sustancias en el cuerpo de Nadal. 

Las audiencias continúan hoy con la declaración de testigos. “De la justicia esperamos ser escuchados”, dijo Karina Nadal. A cinco años del crimen de su compañero y tras un largo camino de obstáculos para llegar a juicio, Karina y toda su familia buscan justicia y conocer la verdad.